El sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado, conocido como SIBO (por sus siglas en inglés), es un tipo de disbiosis intestinal que ocurre cuando las bacterias, que normalmente están presentes en cantidades controladas en el intestino grueso, proliferan excesivamente en el intestino delgado. Este crecimiento anormal de bacterias altera el equilibrio de la microbiota y puede causar una variedad de síntomas digestivos y sistémicos, dando lugar a diferentes tipos de SIBO.
El SIBO sulfuro es quizás el más complejo, representando entre el 10% y el 25% de los casos, según el portal de salud digestiva Guerras Intestinas. Este tipo de SIBO se caracteriza por el sobrecrecimiento de bacterias reductoras de sulfato, un tipo de bacterias que convierte los sulfatos presentes en los alimentos en sulfuro de hidrógeno, un gas que puede ser tóxico para las células del intestino si se produce en exceso. El problema central en el SIBO sulfuro es que el intestino delgado no está equipado para manejar este tipo de sobreproducción de gas, lo que puede resultar en una serie de síntomas debilitantes para quienes lo padecen.
Síntomas del SIBO sulfuro
Los síntomas del SIBO sulfuro pueden variar entre los pacientes, pero muchos de ellos se superponen con otros tipos de SIBO, lo que puede hacer que el diagnóstico sea complicado. Algunos de los síntomas más comunes incluyen los siguientes:
- Gases: uno de los síntomas principales del SIBO sulfuro es la acumulación excesiva de gases en el intestino, debido a la producción de sulfuro de hidrógeno. Estos gases pueden ser malolientes y provocar hinchazón o distensión abdominal.
- Diarrea y estreñimiento: las alteraciones en el tránsito intestinal son frecuentes en el SIBO sulfuro. Algunas personas experimentan diarrea crónica, mientras que otras pueden sufrir de estreñimiento o de una combinación de ambos.
- Dolor abdominal: el dolor de tripa o abdomen es un síntoma común, ya que la acumulación de gas y la irritación de la mucosa intestinal pueden causar malestar e inflamación.
- Reflujo gastroesofágico: el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado puede alterar la motilidad del tracto digestivo, lo que contribuye al reflujo ácido y la sensación de ardor en el pecho.
- Fatiga: la fatiga crónica es otro síntoma frecuente, en parte debido a que el cuerpo lucha contra el desequilibrio bacteriano y los efectos sistémicos del gas de sulfuro de hidrógeno.
- Reacciones a alimentos ricos en sulfuro o histamina: los alimentos altos en compuestos de azufre, como el ajo, la cebolla, los huevos y ciertas verduras crucíferas, pueden desencadenar síntomas. Esto se debe a que estas bacterias descomponen el azufre de los alimentos y liberan más sulfuro de hidrógeno. Además, los alimentos altos en histamina pueden exacerbar los síntomas.
- Entumecimiento u hormigueo en los dedos: algunas personas con SIBO sulfuro pueden experimentar sensaciones extrañas en las extremidades, como hormigueo o entumecimiento en los dedos de las manos y los pies, que a su vez puede estar relacionado con el efecto inflamatorio del exceso de sulfuro de hidrógeno en el cuerpo.
- Cistitis intersticial: esta condición, que se caracteriza por dolor y malestar en la vejiga sin la presencia de una infección urinaria, también se ha observado en algunos pacientes con SIBO sulfuro, sugiriendo que el exceso de sulfuro de hidrógeno podría contribuir a la inflamación de la vejiga.
Tratamiento del SIBO sulfuro
El tratamiento del SIBO sulfuro es un proceso multifacético que puede implicar tanto cambios en la dieta como el uso de suplementos y terapias herbales. El objetivo principal del tratamiento es reducir la proliferación de bacterias reductoras de sulfato y controlar la producción de sulfuro de hidrógeno. Para ello, una dimensión clave es seguir una dieta baja en alimentos que contienen altos niveles de compuestos de azufre. Esto incluye limitar o evitar alimentos como el ajo, la cebolla, los huevos, la carne roja, los mariscos, las coles de Bruselas, el brócoli, la coliflor y otros vegetales crucíferos. También es recomendable evitar alimentos fermentados y ricos en histamina.
Los suplementos a base de hierbas pueden ser otra parte fundamental del tratamiento del SIBO sulfuro. Uno de los más recomendados es el orégano emulsionado, conocido por sus propiedades antimicrobianas, que ayuda a combatir el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado. También destacan otros suplementos como el molibdeno, un mineral clave en el metabolismo del azufre que puede ayudar al cuerpo a descomponer y eliminar el exceso de compuestos sulfurosos de manera más eficiente.