El pan es un elemento clave de la cultura gastronómica española. Esta deliciosa y sencilla masa horneada tiene siempre su hueco en nuestras mesas, ya sea para mojar en las salsas o para acompañar cada bocado de nuestro plato. Aunque todos podamos coincidir en que el pan de panadería es, casi siempre, la opción de mayor calidad, lo cierto es que son muchos los que acaban acudiendo a un supermercado de forma diaria para hacerse con una de sus barras.
Grandes franquicias como Mercadona o Lidl tienen amplias secciones de panadería, con múltiples opciones que pretenden saciar los gustos de los más paneros. Así, en las vitrinas de estos supermercados podemos encontrar barras de pan integral, panes de picos, hogazas de masa madre, panes a base de semillas... Y también barras de pan de pueblo, una opción más rústica que es la favorita de muchos a la hora de elegir su hogaza.
Para encontrar cuál es el mejor pan de pueblo de supermercado, el catador Pascual Ibáñez, popular consultor de alimentos y bebidas, ha probado a ciegas tres barras de esta variedad que se venden en los supermercados Aldi, Lidl y Mercadona y los ha clasificado de mejor a peor. Ibáñez es sommelier, consultor en análisis sensorial, profesor y autor de libros como Guía de la Cerveza anual en Chile y México, de la Guía de la Sidra y de múltiples guías para aprender a degustar. En sus redes, comparte catas de todo tipo de alimentos y productos, siendo en esta ocasión el pan de pueblo su víctima elegida.
A pesar de la simpleza de sus ingredientes (harina de trigo, agua, masa madre de cultivo, sal y levadura), el pan de pueblo se caracteriza por ser un pan con aromas potentes y unas características especiales que destacan con respecto a otras barras del supermercado. Elaboradas con masa madre, estas hogazas cuentan con un tiempo de fermentación específico que les confiere su particular sabor y olor, además de un color dorado en su crujiente corteza que las hace atractivas y apetecibles.
El mejor pan de pueblo del supermercado
Pascual Ibáñez comienza su cata probando el pan de pueblo del supermercado Aldi, una hogaza que, según él, destaca su “dorado intenso” y por su “aroma neutro” con “toque a cereal”. “Sabor bastante ligero, toque a levadura, leve amargo final y la corteza... le falta algo de crocancia”, asegura tras dar el primer bocado a este pan. “El color de su corteza dorado intenso y sus alveolos es lo más sugestivo en este pan, pero sabe muy ligera, a falta de cocción y punto crujiente en la corteza”, explica en la descripción de su publicación.
La cata continúa con el pan de Lidl. Su “aroma neutro, pero limpio” con un “toque a cereales” conquista rápidamente al sommelier, que aprecia también su miga compacta y su ligero sabor a cereales. “La mejor cocción, leve toque a cereales. Presenta la corteza más lograda, crujiente y espesa de las tres muestras, con buen alveolado en la miga”, dice de él en su publicación.
Menos positivo se muestra al probar la opción de Mercadona, un pan de pueblo del que dice que tiene un olor con “un toque como clorado, leve”. Esta hogaza se caracteriza por su “corteza delgada, más seca que crujiente” y por su “miga semi cruda que se desgrana al cortar” y que, señala, hace grumos y es viscosa en boca. “En conclusión: a todos les falta algo”, dice antes de establecer su ranking. Para el catador, el campeón sería el pan de Lidl, seguido del de Aldi y con Mercadona como opción final. “Prefiero este pan a las barras de supermercado. Pero necesita un poco más de intensidad”, concluye.