El restaurante de carretera recomendado por la Guía Michelin en Cantabria: cocina casera en una casa de estilo regional

Disfrutar de la buena cocina, del producto de calidad y de elaboraciones originales conlleva un desembolso que, a la fuerza, es cada vez más ocasional. Comer fuera de casa sale cada vez más caro, algo que nos obliga a buscar con ahínco aquellos restaurantes que ofrezcan una experiencia de lujo por el menor precio posible. Y, aunque a muchos les sorprenda, la Guía Michelin puede sernos de gran utilidad para encontrar estas opciones.

A lo largo y ancho del territorio español podemos encontrar un total de 271 restaurantes galardonados con la distinción más prestigiosa del mundo de la alta cocina, las estrellas Michelin. Estos locales sirven las elaboraciones de algunos de los mejores chefs del país, a través de menús que, en muchas ocasiones, tienen un precio bastante elevado. Sin embargo, la prestigiosa guía francesa también guarda un hueco en su exclusivo club para aquellos restaurantes de calidad con precios asequibles a todos los bolsillos.

Desde 1997, los restaurantes con “la mejor relación calidad/precio”, aquellos que proponen una comida completa y deliciosa a un precio máximo razonable, reciben una distinción especial de la Guía Michelin: el Bib Gourmand. Cada uno de los establecimientos seleccionados tiene sus propias características, representando una cocina y unos productos de lo más personales. Lo que sí tienen en común todos los restaurantes Bib es su estilo de cocina, más sencilla y reconocible, y la sensación de satisfacción que deja por haber comido, tremendamente bien, a un precio razonable.

El restaurante Prada a Tope, ubicado en el pequeño pueblo cántabro de Treceño, es uno de los que presume de esta distinción. No es la primera vez que esta casa de comidas, cercana a la carretera N-643 y dirigido por la familia Nieto Carpintero, aparece en la reconocida publicación con un Bib Gourmand. Tras perderla hace unos años, en la guía Michelin de 2023 volvieron a aparecer como restaurante ‘recomendado’, defendiendo aún esta distinción.

Su ambiente rústico, su ubicación y su cocina casera son razones detrás del éxito de este restaurante en plena costa cántabra, ubicado a solo 15 kilómetros de zonas tan turísticas como Comillas o San Vicente de la Barquera. Se trata de una franquicia ya clásica en España, con su punto de origen en León, en Cacabelos, comarca de El Bierzo.

Este restaurante, situado en una casa de encantador estilo regional visible desde la carretera, se especializa en cocina casera tradicional, con una concisa carta que recoge los platos más típicos de la zona. Eso sí, tratados desde un punto de vista actual y con el buen producto como pieza clave. Entre sus especialidades, ollas ferroviarias de diversos guisos, alta variedad en cocina micológica, carnes rojas, huevos de corral y productos salidos de su huerto propio.

El menú de este restaurante ofrece una selecta variedad de entrantes y platos fríos como la cecina de León con aceite de oliva (13,00 €), los puerros confitados con vinagreta de pimentón (14,00 €) y el carpaccio de vacuno con tomate, queso y vinagreta (13,50 €). Para aquellos que prefieren opciones calientes, destacan las croquetas de jamón ibérico (12,00 €), el revuelto de Mercedes con cecina, pimiento asado y shiitake (12,00 €) y los boletus edulis a la plancha (18,50 €). Además, el restaurante permite pedir medias raciones de estos entrantes, lo que es ideal para compartir y degustar varios sabores.

Entre los segundos platos, se encuentran opciones del mar como los chipirones con cebolla confitada y alioli (14,00 €) y las albóndigas de merluza y gambas en salsa de camarón (16,50 €). Para los amantes de las carnes, el lechazo de Castilla asado y deshuesado (21,00 €) y el rib eye de vaca (22,00 €) son una excelente elección. El menú se completa con postres caseros como el bizcocho de chocolate templado con espuma de leche y helado de galleta (5,50 €) y la tarta de queso con un toque de queso azul (6,00 €), proporcionando un final dulce y satisfactorio a la comida. Además, el restaurante suele disponer de platos fuera de carta, ofreciendo una experiencia culinaria basada en el producto de temporada.

Este restaurante cuenta con dos comedores con estilos diferenciados: uno con un ambiente rústico y otro que funciona como terraza-porche acristalado. Ambos espacios están equipados para recibir a hasta 45 comensales, ideal para la celebración de diversos eventos como reuniones familiares, comuniones y bautizos.

El atractivo de la posada Prada a Tope Treceño no solo reside en su cocina, sino también en sus acogedores alojamientos. Los visitantes pueden disfrutar de apartamentos y habitaciones cómodamente equipadas en el mismo edificio. La posada, situada en una ubicación privilegiada en el centro de la costa occidental cántabra, se presenta como una excelente opción para quienes planean un fin de semana rural en la región.