Receta de piriñaca, una ensalada fresca y saludable típica de la gastronomía cántabra que también se come en Cádiz

Cantabria es una región llena de gran cultura culinaria, llena de platos tradicionales que tienen su producto, especialmente su materia prima del mar y de la montaña, como absolutos protagonistas. A pesar de sus lluviosos veranos, el recetario cántabro incluye también platos veraniegos ideales para introducir en nuestro menú semanal en esta época estival. Entre ellos destaca la piriñaca, una ensalada de patata cocida que se ha convertido en un clásico de la región durante los meses de verano.

La piriñaca es una receta flexible, cuyo ingrediente esencial es la patata cocida. Esta, que funciona como base, se acompaña habitualmente de tomate, lechuga, pimiento, aceitunas, atún y huevo cocido. Pero esta ensalada registra notables variaciones locales y familiares; por ejemplo, algunos añaden espárragos o pepino para darle un toque singular a su versión del plato.

Es crucial no confundir la piriñaca cántabra con su homónima en Andalucía, ya que en la región de Cádiz la piriñaca o pipirrana se centra en una base de tomate, pimiento verde y cebolla, y cambia de nombre a “picadillo” cuando se le agrega atún. Esta ensalada andaluza también se consume como guarnición para pescados asados, como la caballa o las huevas de merluza.

Se trata de una ensalada de verano muy completa, perfecta como entrante de cualquier comida veraniega o como plato único, y muy completa en sus propiedades nutricionales. Elaborarla requiere solo de unos cuantos ingredientes y de poco tiempo y esfuerzo, aunque, eso sí, tendremos que ser previsores y prepararla con tiempo para que se enfríe adecuadamente y disfrutarla así al máximo.

Tiempo de elaboración: 45 minutos

Raciones: 8 personas

Ingredientes:

• 6 patatas
• 3 huevos
• 4 tomates
• 1 cebolleta
• ½ pimiento rojo
• ½ pimiento verde
• Aceitunas sin hueso rellenas de anchoa
• 1 lata de atún en aceite de oliva
• Aceite de oliva virgen extra
• Vinagre de manzana
• Sal
• Pimienta

Elaboración:

• Cocemos las patatas: ponemos un cazo con agua y sal e introducimos las patatas con piel. Ponemos la olla en el fuego a temperatura media y, cuando comience a hervir, dejamos que cuezan durante 15-20 minutos, dependiendo del tamaño de las patatas. Podemos comprobar si ya están listas pinchándolas con un cuchillo; si puedes introducirlo sin resistencia, estarán perfectamente cocidas. Las escurrimos y, cuando se templen un poco, las pelamos.
• Cocemos los huevos: ponemos un cazo de agua con sal y, cuando comience a hervir, introducimos dentro los huevos. Dejamos que se cuezan durante 10 minutos, los sacamos y los pasamos por agua fría. Una vez estén templados, los pelamos y reservamos.
• Formamos la ensalada: cortamos las patatas en trozos a nuestro gusto y las colocamos como base en una ensaladera. Salpimentamos ligeramente y añadimos el resto de ingredientes. Añadimos el tomate cortado en gajos, la cebolleta cortada en juliana y el pimiento rojo y verde en tiras finas. Finalmente, añadimos los huevos cocidos y las aceitunas sin hueso rellenas de anchoa.
• Incorporamos el atún en aceite: añadimos el atún y el aceite de oliva que contiene su lata, que deberá ser de la mejor calidad posible. Aliñamos la ensalada con aceite de oliva virgen extra, vinagre de manzana, sal y pimienta y removemos bien para integrar los sabores. Guardamos en el frigorífico hasta que quede bien fría o hasta que sea el momento de consumirla.

Esta receta de ensalada fría rinde aproximadamente 6 a 8 porciones, dependiendo de si se sirve como plato principal o como acompañamiento.

Cada porción de esta ensalada contiene aproximadamente:

• Calorías: 250
• Grasas: 15 g
• Grasas saturadas: 3 g
• Carbohidratos: 20 g
• Azúcares: 4 g
• Proteínas: 10 g

Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.

La ensalada fría de patatas se puede conservar en la nevera por hasta 3 días. Es importante mantenerla bien cubierta para evitar que absorba otros olores y que los ingredientes se mantengan frescos.