En los últimos años, los consumidores han mostrado un mayor deseo por comprar productos locales. Una reacción a los efectos más negativos de la globalización, que permite traer artículos a España de cualquier parte del mundo a un módico precio, pese a las consecuencias que tiene sobre el medioambiente y la industria nacional. Por ello, muchos usuarios deciden buscar artículos, especialmente en el campo de la alimentación, que vengan de lugares cercanos a donde residen.
Por desgracia, no suele ser sencillo conocer el origen de aquello que estamos comprando. Muchas veces hay que indagar en las etiquetas, leer bien la letra pequeña o buscar en internet para conocer exactamente cómo ha llegado el producto al mercado de la esquina. La opacidad en el origen de los productos está más que implantada en España, pero no ocurre así en otros países. Es por ello que el conocido como El Frutero de TikTok (@el_frutero_de_tiktok) se ha mostrado tan sorprendido en su último viaje a Francia.
El hombre ha entrado un famoso supermercado de un pueblo en la región de los Pirineos y ha alabado en esta red social su sección de frutería. Lo primero que destaca es que el comercio vende sobre todo “productos de temporada”, más sostenibles y frescos. La fruta y verdura está colocada a la entrada del establecimiento, a diferencia de España, y los precios son más caros en comparación.
“Antes el origen que el propio producto”
Pero lo que más sorprende y encandila a este frutero es que “le dan una importancia brutal al origen de las frutas y verduras”. Graba con su teléfono los carteles de cada artículo, que destacan como producto local algunos tomates y calabacines. “Te lo ponen lo primerito: producto local. Serán dos cositas lo que haya, pero tienen”.
Por supuesto, el país vecino cuenta con una amplia variedad de alimentos procedentes de España. “Estarán los productores franceses... telita”, comenta, al ver la gran variedad de frutas de hueso que vienen desde el sur de la frontera. “Pero lo que a mí me gusta es eso: el origen, lo primero (...) Antes el origen que el propio producto”. Para el frutero, “esto tiene que ser lo que tenemos que ver en todos los supermercados de España”.
La importancia del comercio local
Adquirir productos de agricultores y artesanos locales implica una reducción significativa en la cantidad de kilómetros que estos deben recorrer para llegar al consumidor final, lo cual minimiza las emisiones de CO2 y elimina la necesidad de intermediarios, que terminan por reducir los ingresos de los productores.
Este tipo de compra no solo promueve una distribución más justa de los ingresos, donde los productores reciben una compensación adecuada por su esfuerzo, sino que también contribuye a la sostenibilidad ambiental. Los productos locales, al haber sido transportados durante menos tiempo y distancia, no solo llegan más frescos sino que también mejor preservados y más saludables.
Además, según Greenpeace, los comercios locales suelen mostrarse más abiertos a abandonar los plásticos de un solo uso que los grandes supermercados. Ofrecen alternativas como productos a granel y empaques reutilizables, fomentando así una reducción significante en la cantidad de residuos plásticos. La compra de estos productos también supone un apoyo directo a la economía local. Al evitar las grandes marcas y supermercados, se promueve la reactivación económica de estos pequeños negocios y, de esta manera, se fortalece el tejido económico y social de las comunidades.
El contacto directo con quienes cultivan o fabrican estos productos también fortalece el vínculo de confianza entre productores y consumidores. Conocer a la persona responsable de los productos que utilizamos nos conecta de una manera más humana y transparente con lo que consumimos.