Tener sentido del humor es ver la realidad con cierto ingenio. El humor es la válvula de escape más sana que podemos tener, pues ayuda a aliviar el estrés y a relativizar los problemas. Así, puede tratarse de una valiosa herramienta educativa para los padres y las madres, según un reciente estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos) y publicado en la revista PLOS One.
El equipo de investigación descubrió que aquellos padres que criaban a sus hijos usando el humor tenían mejores relaciones con ellos. “El humor puede enseñar a las personas flexibilidad cognitiva, aliviar el estrés y promover la resolución creativa de problemas y la resiliencia. Mi padre utilizaba el humor y era muy eficaz. Yo utilizo el humor en mi práctica clínica y con mis propios hijos. La pregunta era: ¿cómo se utiliza el humor de forma constructiva?”, ha expresado Benjamin Levi, profesor de pediatría y humanidades en la Facultad de Medicina de Penn State y autor principal del estudio.
Los estudios previos se han centrado en estudiar la influencia del humor en una serie de juegos, pero poco se ha hecho en torno a la crianza. “Existe un interesante paralelismo entre los negocios y la crianza de los hijos, que son ambos jerárquicos. En los negocios, se ha demostrado que el humor ayuda a reducir las jerarquías, crear mejores entornos para la colaboración y la creatividad y disipar la tensión”, ha explica la primera autora Lucy Emery, que era estudiante de medicina en la Facultad de Medicina de Penn State en el momento de la investigación y actualmente es residente de pediatría en el Hospital Infantil de Boston.
“Si bien las relaciones entre padres e hijos son más afectuosas que las relaciones laborales, las situaciones estresantes ocurren con frecuencia cuando se es padre. El humor puede ayudar a disipar esa tensión y esa jerarquía y ayudar a que ambas partes se sientan mejor ante una situación estresante”.
El humor y la infancia
El estudio busca comprender cómo el humor puede ayudar a construir una relación padre-hijo, así como las situaciones en las que es preferible no usarlo. Para ello, encuestaron a 312 de entre 18 y 45 años en las que más de la mitad dijo que fueron criados por padres con sentido del mundo. Del total, el casi el 72% coincidía en que esta puede ser una herramienta eficaz para la crianza de los hijos. La mayoría cree que tiene más beneficios potenciales que daños.
De esta manera, también se encontró una correlación entre la manera en que los hijos, ya de adultos, percibían la relación de sus padres y cómo había sido su infancia. Del grupo que dijo que sus padres no usaban el humor, menos del 3% aseguró tener una buena relación con ellos. Según los investigadores, estas diferencias tan marcadas fueron bastante inesperadas.
Ahora, los científicos se centran en ampliar la cohorte para hacerla más grande y diversa con datos más cualitativos. “Mi esperanza es que las personas puedan aprender a usar el humor como una herramienta eficaz para padres, no solo para disipar la tensión sino también para desarrollar resiliencia y flexibilidad cognitiva y emocional en sí mismos y modelarlo para sus hijos”, concluye el profesor Levi.