La dueña de una micropastelería en Asturias denuncia las malas costumbres de algunos clientes: “Esto es culpa de Starbucks, allí tienes 800 camareros”

La pastelera ha compartido un vídeo en tono de humor en el que habla sobre algunas de las dificultades con las que lidian los pequeños negocios de restauración como el suyo

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Un café servido en la barra de una cafetería (Shutterstock España)
Un café servido en la barra de una cafetería (Shutterstock España)

La guerra de los pequeños negocios por sobrevivir es una batalla que se libra a diario. Restaurantes, bares, cafeterías, pastelerías y otros emprendimientos intentan mantenerse a flote en un panorama cada vez más copado por grandes cadenas de restauración, franquicias con decenas de trabajadores y grandes locales que hacen cada vez más difícil su supervivencia.

Sobre esto ha querido hablar precisamente Inés Alonso (@verdementaasturias), una pastelera que es también dueña de la pequeña pastelería Verde Menta, situada en el pueblo de Villaviciosa, en Asturias. La emprendedora ha compartido su opinión a través de un vídeo en TikTok, una publicación en la que denunciaba algunas de las reseñas que su negocio ha recibido en los últimos días.

“Quiero denunciar a Starbucks”, comienza anunciando la pastelera al inicio de su vídeo. Desde su pequeña pastelería rural en un pequeño pueblo de Asturias, Inés bromea con poner una denuncia a esta macrofranquicia de origen estadounidense porque, según ella, “esto que están haciendo no es normal”. Es así como la pastelera comienza a contar su experiencia. En el vídeo, Inés muestra su pastelería, un pequeño establecimiento que cuenta también con un jardín donde los clientes pueden sentarse a disfrutar con calma de un café para llevar y un pastel.

La dueña de Verde Menta Pastelería cuenta que hace solo unos días un cliente le dejó una reseña instándole a mejorar su servicio en cuanto a la velocidad a la que sirven los cafés, pues su entrega era, según el usuario, “muy lenta”. “Yo me quedé a cuadros. Somos dos personas para atender esta micropastelería”, explica sorprendida la empresaria, que explica que, a pesar del pequeño tamaño de su negocio, llegan a acumularse largas colas, especialmente durante los fines de semana. Según las palabras de la pastelera, solo dos personas se encargan de sacar adelante esta cafetería; mientras una atiende a los clientes, otra hace los cafés, hornea los productos, prepara artículos para la tienda y limpia los platos.

@verdementaasturias

¡!No somos Starbucks!! se tenía que decir se dijo. Si quieres un café customizado a tu gusto, lo siento pero yo no te lo sé hacer. Si es eso lo que buscas yo no soy tu negocio, hago lo que puedo pero soy pastelera, no me pidas milagros y luego me critiques por no acertar

♬ sonido original - Verde Menta pastelería

Inés habla entonces, sorprendida, de la queja recibida por la velocidad de su servicio. “Esto es culpa de Starbucks, porque en Starbucks tú vas y tienes 800 camareros”, lamenta, unos trabajadores que se dedican a hacer cafés de muchos tipos, y, todavía, tienen tiempo de escribir el nombre del cliente y una sonrisa de decoración. “Nos estamos acostumbrando a eso y, señores, esto no es así”, sigue comentando la pastelera. Para ella, no deberíamos acostumbrarnos a que haya 45 camareros para servir dos cafés, uno para poner la leche y otro la nata, otro para poner el nombre en el vaso y otro para llevarlo a la mesa. “Eso no pasa, en los comercios normales, no pasa”, lamenta.

“Hay que dejar de ser tan chupiguay”

“Vamos a ver si somos un poco comprensivos y entendemos a donde vamos”, prosigue la asturiana, que insiste en que la culpa es de esta gran cadena de cafeterías y en que hay que “ponerle una denuncia”. La pastelera concluía su reflexión hablando sobre las exigencias y pedidos de sus clientes, que cada vez exigen cafés más complicados con comandas más largas y específicas. “Un café corto, pero largo, pero frío, pero templado, pero corto de café con avena”, bromea, asegurando que deberíamos conformarnos con las opciones que dan en todos lados, bebidas más simples como café con leche, un café cortado o uno solo. “Hay que dejar de ser tan chupiguay”, asegura.

En un siguiente vídeo en su cuenta de Tiktok, la pastelera aclaraba, ante algunas críticas recibidas, que su publicación era en tono irónico. “Evidentemente, Starbucks no tiene la culpa de que la gente venga a un negocio rural y espere un café barista hecho en cinco segundos”, asegura. Además, responde a aquellos que le recomendaban contratar más personal como solución a su problema, una sugerencia a la que replica recordando lo caro que es pagar un sueldo extra. “Para contratar a una camarera más, yo tendría que venderos el café a 5 euros”, afirma la pastelera.

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