El cocinero vasco Martín Berasategui suma más estrellas Michelin que dedos en sus milagrosas manos. Son 11 en total los astros que la guía francesa ha otorgado a sus restaurantes, repartidos en toda la geografía española. El chef vasco tiene dos locales con tres estrellas, sus restaurantes homónimos, en Lasarte-Oria, (Guipúzcoa) y Lasarte, en Barcelona; también un local con dos, MB, en Tenerife; y tres con una estrella (en Barcelona, Bilbao y Baleares). Además, el cocinero tiene seis restaurantes, estos sin estrella pero, por supuesto, de un gran nivel.
El éxito en tantos restaurantes solo puede significar una cosa. Berasategui viaja, y mucho. Y lo hace muy a menudo por carretera, partiendo desde el que es su ‘campamento base’, San Sebastián. Es por ello que el chef se conoce como la palma de su mano el camino que une por carretera la capital con el norte de España, la A-1, una carretera en la que tiene también, por supuesto, sus lugares favoritos para parar a comer.
Uno de ellos es La Tomasa (calle Estación, 23, Villalbilla de Burgos), un restaurante de carretera a solo unos kilómetros de Burgos que recibe muy a menudo la visita del chef. Con más de 40 años de historia, este restaurante puede presumir de formar parte de los Soletes de la Guía Repsol, siendo uno de los pocos establecimientos de carretera que ha conseguido este logro. “Martín Berasategui es uno de los parroquianos que suele frecuentar esta casa de comidas de siempre, a solo tres kilómetros de Burgos capital. Gastronomía castellana a raudales”, escriben desde la guía española sobre La Tomasa, en el pueblo burgalés de Villalbilla de Burgos.
40 años sirviendo cocina castellana de toda la vida
La Tomasa abrió sus puertas en 1976 y, desde entonces, ha sido uno de los restaurantes más populares de la provincia de Burgos, un lugar de referencia al que van locales, visitantes y viajeros de paso que quieren disfrutar de un guiso con alma y del sabor ‘de toda la vida’. Abierto de martes a domingo, este local es recomendable tanto para tomar algo a media mañana y comer unas tapas como para darse un homenaje y comer a base de entrantes, principales y postres.
En el Mesón La Tomasa llenan su barra con la mejor gastronomía castellana: desde guisos de caza, como guisos de liebre y lengua de ternera, hasta callos, pasando por otras delicias como las patitas de cordero o el pollo de corral. La morcilla típica de Burgos, los boletus con foie, los cangrejos de río y los caracoles son otros favoritos entre sus clientes habituales. De postre, flan, natillas, torrijas, cuajada o tarta al whisky son algunas de las opciones.
En definitiva, este mesón sirve platos castellanos caseros elaborados con mimo por su cocinera, que sigue las recetas tradicionales de la primera propietaria del restaurante, Tomasa Mayoral. Ana Rosa, encargada ahora de los fogones, ha cogido el relevo de su maestra (y suegra) elaborando sus platos como llevan haciéndose desde hace décadas. Estas elaboraciones se unen a otras muchas especialidades que se ofrecen en un menú diario de martes a viernes, los fines de semana a la carta.