Receta de leche merengada, la bebida dulce para disfrutar bien fría en las tardes de verano

La leche merengada es una de esas delicias tradicionales que nos transportan directamente a los días de nuestra infancia, con su sabor dulce, su textura cremosa y su inconfundible aroma a canela y limón. Esta bebida típica española, especialmente popular en los meses de verano, se elabora a base de cinco sencillos ingredientes: leche, azúcar, canela, limón y huevo, concretamente su clara, montada a punto de nieve.

Imprescindible de la carta de cualquier heladería, cafetería o terraza que se precie, esta deliciosa bebida requiere de algo de tiempo y de esfuerzo para elaborarse de forma casera. No obstante, podemos asegurar que el esfuerzo merece la pena. Para preparar leche merengada, tendremos que calentar la leche con canela y cáscara de limón, una mezcla que endulzaremos con azúcar. Luego, se deja enfriar en el congelador, removiendo frecuentemente para conseguir la textura granizada que buscamos, para luego mezclarse con claras de huevo batidas a punto de nieve. Después de refrigerar y dejar que los sabores se mezclen bien, ya podremos servir nuestra leche merengada bien fría, coronada con un toque de canela en polvo.

Podemos asociar el origen de la leche merengada a la zona del levante español, especialmente las provincias de Valencia, Alicante y Murcia, aunque en realidad esta refrescante bebida se sirve, desde siempre, en muchos otros puntos del país. Su sabor se replica en otros formatos como el helado o el granizado y es una de esas bebidas que apetecen especialmente a la hora de la merienda; un buen vaso de leche merengada bien fresca es un placer con el que refrescar la tarde, llenar el estómago y cargar fuerzas hasta la hora de la cena.

Tiempo de elaboración: 2 horas y 45 minutos

Raciones: 5 personas

Ingredientes:

• 1 litro de leche entera
• 200 gramos de azúcar
• 1 rama de canela
• La cáscara de un limón (solo la parte amarilla)
• 3 claras de huevo
• Canela en polvo para espolvorear (opcional)

Elaboración:

1. En una cacerola grande, calienta la leche junto con la rama de canela y la cáscara de limón a fuego medio. Remueve ocasionalmente para evitar que la leche se pegue al fondo.
2. Cuando la leche comience a hervir, añade el azúcar y continúa removiendo hasta que se disuelva por completo.
3. Retira la cacerola del fuego y deja enfriar la mezcla a temperatura ambiente. Retira la canela y la piel del limón y luego, métela al congelador durante al menos 2 horas, removiendo la mezcla cada media hora para conseguir la textura ideal.
4. Mientras la leche se enfría, bate las claras de huevo a punto de nieve en un bol grande. Puedes añadir una pizca de sal para facilitar el proceso.
5. Pasado el tiempo de congelado, incorpora poco a poco las claras de huevo batidas a la leche fría, mezclando suavemente con movimientos envolventes para no perder el aire de las claras.
6. Sirve la leche merengada en vasos individuales y espolvorea con canela en polvo si lo deseas.
7. Disfruta de esta refrescante bebida bien fría.