El ternasco, el jamón de Teruel, el melocotón de Calanda, la cebolla Fuentes de Ebro y los aceites del Bajo Aragón y Sierra del Moncayo son solo algunos de los productos que hacen de Aragón una verdadera joya gastronómica. Sus ciudades, especialmente su capital, Zaragoza, cuentan con una gran oferta de cocina tradicional gracias a históricos restaurantes que han sobrevivido al paso del tiempo a base de buena cocina y un mejor servicio. Uno de los mejores ejemplos de ello es Casa Lac, un restaurante ubicado en el popular ‘Tubo’ zaragozano y que es el más antiguo de toda la ciudad aragonesa.
Más que un simple restaurante, Casa Lac es todo un monumento histórico. Este icónico local abrió sus puertas nada más y nada menos que en 1825, hace 199 años, convirtiéndose así, según la prestigiosa Guía Michelin, en el local con la licencia de restaurante más antigua de España.
La familia Lac fue la fundadora de este restaurante, una estirpe de cocineros de origen francés que llegó a Zaragoza a principios del siglo XIX. Como tantos cocineros de la nobleza francesa, los Lac tuvieron que salir del país galo debido a la Revolución francesa, tras lo que muchos se dedicaron a fundar restaurantes por toda Europa. Ellos fueron los encargados de abrir este histórico negocio, entonces un local de dos plantas que triunfó en la ciudad aragonesa desde sus inicios, con una planta baja dedicada a repostería y una parte superior a comidas.
En 1925, tras cumplir un siglo desde su apertura, Casa Lac restauró su primera planta, dotándola de los detalles decorativos modernistas de moda en la época. A día de hoy, el piso superior de estilo isabelino sigue conservando lámparas de la época de su apertura, mientras que mantiene los detalles de gusto modernista añadidos hace casi un siglo, como la escalera de hierro forjado, el artesonado de madera y el suelo de parqué con maderas guineanas y canadiense.
A lo largo de su historia, este restaurante recomendado ahora por la Guía Repsol ha sido testigo de numerosos encuentros históricos y ha recibido a personalidades ilustres de todo el país. Entre sus comensales se cuentan figuras como Benito Pérez Galdós, Primo de Rivera y el general Sanjurjo. Se dice que incluso el rey Alfonso XII dispuso que su comida en una visita oficial a la ciudad zaragozana fuera preparada por los cocineros de Casa Lac.
En 2003, el restaurante cerró para realizar una profunda renovación, reabriendo sus puertas en 2008 bajo la dirección de la familia Gil, originaria de Navarra. La familia Gil ha llevado a las cocinas de Lac la esencia de la huerta navarra, con las verduras de temporada como producto estrella. Alcachofas, borrajas, cardos, espárragos y otras hortalizas de Tudela se convierten en protagonistas de una carta única, en la que pescados y carnes son meros acompañantes, aunque de excelente calidad.
Qué se come en Casa Lac
Ricardo Gil es el cocinero al frente de las cocinas de Casa Lac, un chef que centra su filosofía en “respetar al máximo todos los sabores que nos brinda la tierra de la Ribera de Navarra”. Esta tierra bañada por el río Ebro es un enclave privilegiado, una zona de la que se extraen grandes productos con un sabor y color inigualables.
Esta forma de entender la cocina se refleja en su Menú Especial, que sirve platos centrados en las verduras de Tudela. En él se recogen recetas como la crema de calabaza amarilla con picatostes, las alcachofas guisadas con jamón confitado, la penca de acelga rellena de jamón ibérico y velouté de hongos con salsa holandesa en pomada o las pochas de Tudela con piparras en vinagre. En total, siete platos salados y un postre que resumen a la perfección la cocina de Ricardo Gil.
Además de su menú, Casa Lac ofrece a sus clientes la posibilidad de elegir los platos que más les gusten de una carta amplia llena de sabor y productos de calidad. El festín comienza con entrantes como la barqueta de tomate rellena de pimiento de piquillo asado, las pochas de Tudela con guindilla joven en vinagre o el canelón de pasta fresca relleno de longaniza de Graus con salsa de foie y tartufata. La carta elaborada por Ricardo Gil también incluye un apartado de pescados, con platos como el bacalao a la romana con pimientos del Cristal o las albóndigas de merluza en salsa verde; y de carne, con delicias como la paletilla de cordero lechal asada 12 horas a baja temperatura de Denominación de Origen Aragón.
Pero sin duda uno de sus platos más famosos se encuentra en la sección de postres. Hablamos de la torrija de vainilla bourbon con helado de vainilla de Madagascar, un plato del que los clientes de Casa Lac hablan maravillas a través de sus reseñas. “Todos los platos son exquisitos. La atención, inmejorable. Hay que probar su torrija, un postre espectacular”, escribe uno de los usuarios sobre este histórico restaurante.