En 2013 se estrenó una película protagonizada por Vince Vaughn titulada ¡Menudo fenómeno! que, a su vez, era un ‘remake’ de la producción canadiense Starbucks, que contaba la historia de un hombre (ficticio) que había donado en su juventud mucho semen gracias al que se engendraron 533 seres humanos. Veinte años después, 142 de ellos, quisieron conocerle y emprendieron una acción legal conjunta para averiguar la identidad de su padre biológico.
Las dos películas estaban basadas en un caso real, el de un donante anónimo, y pronto se descubrió que no se trataba de algo excepcional, sino que había ocurrido en más ocasiones.
Ahora se estrena en Netflix El hombre de los 1.000 hijos, una miniserie documental de 3 episodios en la que un grupo de familias descubrirá que el hombre en el que habían confiado era un donante de esperma que podría tener cientos o incluso miles de niños en todo el mundo.
Se supone que, dependiendo de la ley del país, un donante de semen solo puede tener alrededor de 25 hijos. Pero en algunas ocasiones se rompen los protocolos y, de manera privada, se pueden llegar a acuerdos económicos.
El caso de Jonathan Jacob Meijer
Es lo que ocurrió con Jonathan Jacob Meijer, un músico de los Países Bajos que comenzó a donar esperma en 2007. Diez años más tarde, se le prohibió la entrada en las clínicas de fertilidad porque había superado las leyes y, ya en ese momento, era padre de 100 niños.
Sin embargo, él continuó esta práctica de manera privada, contactando con los interesados. ¿El resultado? Otros 100 niños más. Y así sucesivamente. Porque después de la prohibición neerlandesa, pasó al ámbito internacional (llegó también a España). Hasta que en 2023 fue demandado por la Fundación Donorkind por poner en peligro la salud física y mental de los hijos concebidos con su semen.
Especulación de esperma
Todo empezó después de la acusación de una de las madres a las que engañó diciendo que no pensaba procrear más de 25 niños (el límite legal). Así que un juzgado de primera instancia de La Haya declaró medidas cautelares sobre el sujeto, prohibiéndole además que se anunciara por internet.
Fue la primera vez que los tribunales tomaron medidas en relación a este asunto en torno a las paternidades múltiples y las donaciones masivas de semen, así como a la especulación del material genético.
El responsable, que se ha convertido en una figura pública, ha argumentado en diferentes entrevistas que solo quería “ayudar a las mujeres a ser madres” y que todo se trata de un malentendido. Pero lo cierto es que incumplió las cláusulas del banco de esperma de Cryos, entidad internacional que lo denunció también ante las autoridades sanitarias. Incluso se planteó que, dada la cantidad de hijos que había tenido, podía producirse fácilmente un incesto.
De todo esto habla El hombre de los mil hijos, dirigido por Josh Allott y que habla de forma espeluznante de la manipulación, el fraude y el lucro económico a través de las esperanzas de cientos de familias que buscan una opción para la maternidad.