España tiene un sinfín de rincones que merece la pena descubrir. Una de sus señas de identidad son los pueblos medievales que se encuentran repartidos por todo el territorio peninsular. Uno de ellos se encuentra en Jaén y es probable que, quienes lo visiten, tengan la sensación de que han retrocedido en el tiempo. Hablamos de Úbeda, una localidad situada a escasos 50 kilómetros de la capital de provincia y, junto a Baeza, declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad en 2003 por la UNESCO gracias a su espectacular conjunto monumental renacentista.
La ciudad es conocida por sus impresionantes edificaciones, entre las que destacan palacios, iglesias y plazas, pero también por otras razones como su maravillosa oferta gastronómica. Uno de los restaurantes que la conforman es la Cantina La Estación, un establecimiento que llama la atención por su decoración y también por su oferta gastronómica, reconocida incluso por la Guía Michelin.
Este restaurante se encuentra en la calle Cuesta Rodadera, muy próximo al Mercado de Abastos y a unos 5 minutos andando del casco histórico de la ciudad. Su sencilla entrada esconde uno de los locales más curiosos de la zona. La primera estancia es un sencillo bar de tapas decorado como una estación de ferrocarril que, más adelante, da paso al comedor, cuya estética imita lo que sería el interior de un antiguo vagón de tren.
La pareja al frente, Montserrat como chef y Antonio José como sumiller, defiende una cocina actual y de temporada. Ambos se formaron en la escuela de hostelería La Laguna, desde donde probaron suerte en cocinas y bodegas francesas, alemanas y españolas. En 2005 decidieron abrir este local, a la vez restaurante y bar de tapas, cuya cocina combina los productos tradicionales con una presentación vanguardista.
Cocina de autor y de mercado con buena relación calidad-precio
La oferta gastronómica de este restaurante, recomendado también por la Guía Repsol, es tan variada como sus diferentes espacios. En el bar se sirven pintxos como en cualquier bar de estación de tren que se precie; en el primero de los salones, carta y tapas clásicas; mientras que en el segundo, el que imita un vagón de tren, se sirve la cocina más elaborada y los menús degustación.
Este restaurante de la ciudad de Úbeda forma parte de la célebre lista Bib Gourmand, la selección de la Guía Michelin que reconoce aquellos locales con una mejor relación calidad-precio. No es de extrañar al observar su oferta gastronómica, marcada por una carta variable y dos menús degustación a precios razonables. El Menú Corto, formado por nueve pases y con un precio de 37 euros, da un paseo por su carta seleccionando los mejores platos y recetas; mientras que el Menú Largo, con 15 pases y por 60 €, ofrece un homenaje a la ciudad de Úbeda a través de un amplio menú gastronómico.
Según la temporada, la carta va adaptándose a los mejores productos de cada momento, que se suman a platos que a lo largo de estos años se han hecho imprescindibles de la casa. Algunas de sus especialidades son las mollejas de ternera, salteadas con tallarines de sepia, alcachofa y salsa de ostras; los Andrajos de Úbeda; o el milhojas de cordero Segureño, con cremosos de boniato, vainilla y palo cortado.
Además, intentan siempre enriquecer su propuesta con panes artesanos, una pequeña selección de aceites y, al menos, un guiso diferente cada día. La bodega, dirigida por Antonio José Cristofani, también es bastante completa y variada en su categoría, incluyendo una gran cantidad, calidad y número de referencias nacionales e internacionales.