La importancia de una madre: recibir sus mimos aumenta la esperanza de vida de sus hijos

Un grupo de expertos de la Universidad de Cornell en Nueva York asegura que el cariño de una madre prolonga la esperanza de vida de sus hijos

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Empoderar a las madres sobre el cuidado de la piel de ellas y de sus hijos, es la mejor manera de hacer que más adelante los niños cuenten con una piel saludable.
Empoderar a las madres sobre el cuidado de la piel de ellas y de sus hijos, es la mejor manera de hacer que más adelante los niños cuenten con una piel saludable.

A medida que vamos creciendo, nuestro interés por vivir más y mejor aumenta. Buscamos consejos de expertos para envejecer con salud, cambiamos nuestras rutinas, intentamos llevar una alimentación más saludable o hacer más deporte. Pero, tal vez, la clave de la longevidad esté en algo relacionado con nuestra infancia, según apunta un grupo investigador de la Universidad de Cornell en Nueva York (EEUU).

Los expertos exponen que la relación entre madre e hijo podría ser un factor clave. Certifican que los mimos maternos prolongan la salud y, con ella, la esperanza de vida de sus primogénitos. Los animales que más cariño reciben de sus progenitoras son los que más y mejor viven. Y, por supuesto, las personas también. Este estudio arroja una nueva pista sobre lo que significa ser ‘humano’.

“Uno de los grandes misterios de los seres humanos”

Mathew Zipple, neurobiólogo experto en comportamiento y autor principal del trabajo, explica que “uno de los grandes misterios de los seres humanos” es “el hecho de que vivamos vidas tan largas en comparación con otros mamíferos”. En el trabajo Maternal Care Leads to The Evolution of Long, Slow Lives (Los cuidados maternos conducen a la evolución de vidas largas y prolongadas) publicado el pasado 14 de junio en Proceeding of the National Academy of Sciences, él y su equipo proponen que parte de la explicación de nuestra larga vida es algo que el grupo considera “fundamental” que es “la relación entre la madre y su hijo”.

En sus modelos, Zipple y los coautores comprobaron que en las especies en las que la supervivencia de las crías depende de la presencia a largo plazo de la madre, los cachorros tienen vidas más largas y un ritmo vital más lento. Un vínculo que impacta no sólo en la longevidad, sino también en la frecuencia con que las especies mantienen relaciones sexuales.

“A medida que se fortalecen estos vínculos entre la supervivencia materna y la relación con la descendencia, se observa la evolución de animales con vidas más largas. Cuando esto ocurre, se reproducen menos, siguiendo el mismo patrón que observamos en los humanos”, explica el biólogo.

Mayor esperanza de vida con la presencia de madres y abuelas

El trabajo de los neoyorquinos parte de lo que los investigadores llaman la hipótesis de la madre y la abuela. Una idea que viene de los siglos XVIII y XIX y que habla de que los descendientes tienen más probabilidades de sobrevivir si sus madres y abuelas están presentes en sus vidas. Una teoría que, según Zipple, explicaría el sentido natural de la menopausia. La detención del ciclo reproductivo disminuye el riesgo de muerte y permite a las hembras concentrarse en el cuidado de los más pequeños.

“No hay nada más importante en el mundo que la presencia de su madre”

Tras estar seis meses observando el comportamiento de las madres babuino con sus crías, el experto concluye que para esos bebés “no hay nada más importante en el mundo que la presencia de su madre”. Asegura que para él, el trabajo sobre el comportamiento, junto con los estudios demográficos, han reforzado ese hilo evolutivo que compartimos “con nuestros parientes primates más cercanos”: durante un periodo de nuestra vida, todo nuestro mundo se reduce a nuestra madre. “Aunque se debilita con el tiempo, nunca desaparece”, apunta.

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