El bar de barrio de Madrid que lleva abierto más de 60 años y que hace unas de las patatas bravas más famosas de la ciudad

Desde 1963, este bar del barrio de Quintana ha servido sus raciones de bravas a cualquiera que se acercara a probarlas, unas patatas con salsa que son casi razón de devoción para muchos madrileños

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Las patatas bravas son la especialidad del bar Docamar, ubicado en el barrio de Ciudad Lineal
Las patatas bravas son la especialidad del bar Docamar, ubicado en el barrio de Ciudad Lineal

Las patatas bravas probablemente sean el plato que mejor defina la cultura del tapeo. Junto con la tortilla y las croquetas es sin duda la tapa más demandada por los españoles, y raro es el bar o el restaurante que no las incluya en su carta. En Madrid son toda una institución, incluso hay rankings con las mejores de toda la ciudad y establecimientos que son auténticos especialistas en “bravas”.

Patatas bravas hay muchas, casi una versión para cada gusto o preferencia personal. En Madrid, la salsa brava tradicional, la que se toma en los bares y tabernas, incluye ingredientes como el pimentón ahumado picante, la cebolla, la harina de trigo y el vinagre. Así es la receta más clásica de esta icónica salsa, una delicia de sabor picante que fue popularizada por una generación de bares que tuvieron sus años de oro allá por los 60. Ahora, algunos de estos clásicos especialistas en tapas madrileñas se pueden seguir probando en la capital, lugares tan auténticos como Las Bravas, Los Chicos o, uno de los bares de barrio más míticos en lo que a esta tapa se refiere, Docamar.

Ubicado en el número 337 de la extensísima y archiconocida calle Alcalá, ya en el distrito de Ciudad Lineal, Docamar lleva exactamente 60 años haciendo sus bravas con una receta secreta y casi sagrada. La familia a cargo de este bar de barrio fue una de las primeras en adoptar esta receta que, tres generaciones después, se sigue elaborando casi idéntica. El germen del Docamar está en el Donato, una pequeña taberna muy castiza abierta en 1930 que Donato Cabrera Martínez, abuelo del actual dueño del local, recibió como traspaso del anterior dueño.

Allí, los vermuts y cañas se juntaban con algunas tapas caseras sencillas pero ricas, que crearon una clientela fija y fiel. En los sesenta el abuelo Donato cedió el testigo a la segunda generación, sus hijos Jesús y Ángel, que se habían criado tras el mostrador. Ellos, en 1963, abrieron un segundo local en la plaza de Quintana, un local dedicado a Donato Cabrera Martínez (Do-ca-mar), y que nació con una única aspiración: ser un auténtico bar de barrio.

A ello ayuda su ubicación, una plaza peatonal apéndice a la calle Alcalá que cuenta con toda la esencia de la vida de barrio, un espacio tranquilo alejado del barullo de las zonas turísticas, donde los mayores juegan a las cartas, los niños juegan a la salida del colegio y los domingos por la mañana, según una tradición que se mantiene desde hace más de 50 años, mayores y pequeños intercambian cromos.

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Las bravas de barrio más famosas de Madrid

Pero lo de bar de barrio viene también por su oferta gastronómica, con la caña, el vermut y la tapa de cocina casera como grandes atractivos. En Docamar no encontrarás gyozas, pan bao o tartares, aunque sí ensaladillas, montados, escabeches y otros bocados propios de un aperitivo de domingo. Por supuesto, las patatas bravas son la gran especialidad, las que para algunos son las mejores de toda la ciudad de Madrid.

Su combinación de patatas, del tamaño perfecto y fritas a la perfección, y salsa secreta, de un sabor picante e intenso pero no abrumador, consiguen un plato delicioso, tradicional y riquísimo, que promete hacer volver a cualquiera que las pruebe. Tal es la fama de su salsa que incluso la venden en bote para aquellos que quieran recrear la receta en su propia casa.

Las patatas bravas de Docamar cuentan incluso con su propia salsa (Docamar)
Las patatas bravas de Docamar cuentan incluso con su propia salsa (Docamar)

En carta también encontramos otros platos clásicos de los bares y tabernas más castizos, como los callos, la oreja o la tortilla de patata, arroces y fideuás y otras tantas recetas de cocina más actual como alitas asadas a baja temperatura, laqueadas con salsa barbacoa casera, o timbal de escalivada, garbanzos, atún y alioli. A todo ello se suma un menú del día, disponible entre semana de lunes a viernes, por 14 €. Esta opción incluye primer plato, segundo, pan, bebida, postre o café.

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