En diciembre de 2023, la Asamblea General de la ONU acordó designar el 30 de mayo como Día Internacional de la Patata. El objetivo detrás de esta iniciativa es concienciar sobre los valores nutricionales, económicos, ambientales y culturales de este tubérculo, además de poner el foco en su contribución como recurso alimentario y generador de ingresos para las familias y los productores del entorno rural.
La patata, un alimento milenario originario de la cordillera de los Andes, que llegó a Europa en el siglo XVI, es mucho más que una fuente de alimento. Su producción es esencial para proporcionar alimento accesible y nutritivo, especialmente en zonas donde los recursos naturales, tierra cultivable y el agua, son limitados. Además, la patata es un cultivo respetuoso con el medio ambiente, ya que en comparación con otros genera niveles bajos de emisiones de gases de efecto invernadero. Son resistentes a la sequía, al frío y a las tierras áridas, con una gran capacidad de adaptación.
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Todas estas bondades hacen de la patata uno de los ingredientes más utilizados en todo el mundo, siendo parte fundamental de múltiples gastronomías internacionales. Tanto es así que, según la ONU, alrededor de dos tercios de la población mundial consume patatas como alimento básico.
En España, este ingrediente es un básico sin el que no se podría comprender la cultura gastronómica más tradicional. Desde que llegó a Europa, hacia el año 1570 a Sevilla, este tubérculo fue aumentando su popularidad progresivamente. Aunque en un principio la patata fue rechazada por los españoles por falsas creencias y desconocimiento, pronto los ciudadanos comenzaron a apreciar su sabor, su fácil conservación y la facilidad con la que se cultivaba, comenzando así a introducirse poco a poco en las recetas de diferentes zonas de la Península.
Fritas, asadas, rellenas, al horno, guisadas... Las patatas admiten múltiples formas de preparación, todas ellas deliciosas. En la gastronomía española, este humilde tubérculo protagoniza algunos de los platos más ricos del recetario tradicional, convirtiéndose en estrella absoluta de tapas queridísimas en todo el territorio. He aquí algunos ejemplos.
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Patatas bravas
Las patatas bravas, una tapa emblemática que acompaña tradicionalmente a la cerveza o al vino, surgieron en Madrid en la década de 1960. La receta auténtica de esta salsa tan castiza, protagonista de este entrante, es un tema polémico en el mundo de la restauración, pues cada cocinero parece utilizar su propia elaboración y lista de ingredientes. Todas ellas tienen en común algo: el sabor picante y su color rojo intenso.
Tiempo de elaboración: 30 minutos
Raciones: 4 personas
Ingredientes:
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- 2 cucharaditas de pimentón dulce
- 1 cucharaditas de pimentón picante
- 1 cayena (opcional)
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- 1 cucharada de harina
- 1 cucharada de vinagre
- 1 vaso de caldo casero (elaborado con pollo, hueso de jamón ibérico y verduras)
- 1 kg de patatas
Elaboración:
- Comenzamos elaborando las patatas. Antes de cocinarlas, debemos cortarlas de forma tosca, en trozos irregulares de un tamaño suficiente para que se puedan comer de un bocado.
- Para conseguir el punto de crujiente perfecto, haremos una doble fritura. Ponemos una sartén con abundante aceite, dejamos que se caliente e introducimos las patatas, bajando el fuego al mínimo y dejándolas cocinarse muy lentamente.
- Cuando ya estén tiernas, las sacamos de la sartén, ponemos el fuego a tope y las introducimos de nuevo en la sartén. El objetivo es que queden doradas y crujientes por fuera y blandas y tiernas por dentro.
- Para la salsa, comenzamos poniendo una sartén al fuego y añadiendo una cucharada de aceite. Cuando esté caliente, añadimos la cebolla muy bien picada, casi triturada, junto con el ajo picado.
- Cuando la cebolla esté traslúcida, apartamos la sartén del fuego y agregamos los dos tipos de pimentón, moviendo bien y con cuidado de que no se quemen. Añadimos entonces la harina poco a poco, removiendo hasta que queda una masa uniforme.
- Devolvemos al fuego y vamos agregamos poco a poco el caldo, que debe estar muy caliente, mientras seguimos moviendo, hasta que la salsa haya tomado la consistencia que nos guste.
- Finalmente, retiramos del fuego, pasamos por el chino y dejamos enfriar. Cuando se enfríe, corregimos de sal y de agua si ha quedado demasiado sosa o espesa.
Patatas a la importancia
El origen de este plato parece encontrarse en la provincia de Palencia, en Castilla y León, concretamente de la región de Alto Campoo. Sin embargo, esta elaboración se ha extendido y ya se prepara en todo el norte peninsular. Son ideales como acompañamiento de carnes o pescados, pero también se pueden disfrutar como plato principal.
Tiempo de elaboración: 50 minutos
Raciones: 4 personas
Ingredientes:
- 800 g de patatas
- 2 huevos
- 100 g de cebolla
- 2 dientes de ajo
- 45 ml de aceite de oliva virgen extra
- 125 ml de vino blanco
- 700 ml de caldo
- Azafrán
- Perejil fresco
- Sal al gusto
Elaboración:
- Pelamos las patatas y las cortamos en rodajas de un centímetro aproximadamente. A continuación, ponemos harina en un plato y batimos los huevos en otro. Pasamos las patatas por harina y a continuación por los huevos batidos.
- En una sartén con abundante aceite, freímos las patatas y las reservamos en una fuente grande con papel absorbente para evitar el exceso de aceite.
- Pelamos y troceamos los ajos y los majamos en un mortero. Añadimos unas hebras de azafrán y el perejil, añadimos el vino y mezclamos bien.
- Pelamos y picamos la cebolla finamente. En una sartén, calentamos unas tres cucharadas de aceite y rehogamos la cebolla hasta que comience a dorarse. Agregamos una cucharada de harina, damos unas vueltas rápidas y añadimos el majado, sin dejar de mover.
- Seguidamente, añadimos las patatas a la sartén y las cubrimos con el caldo. Cuando comience a hervir, rectificamos la sazón y cocemos a fuego suave durante entre 20 y 30 minutos, removiéndolas de vez en cuando. Para saber si están hechas, podemos pincharlas con un tenedor. Ya podremos servir nuestras patatas a la importancia.
Papas aliñás
Una de las tapas más populares, sobre todo en la provincia de Cádiz, son las patatas aliñadas al estilo andaluz o papas aliñás, una delicia sencilla que se sirve tanto en bares como en restaurantes y que podemos recrear en casa con un mínimo esfuerzo. De todas las maneras en las que esta sencilla receta se puede elaborar, la más sencilla es su versión más clásica, compuesta por solo cuatro ingredientes básicos: patata, cebolla, perejil y una sencilla vinagreta casera.
Tiempo de elaboración: 45 minutos
Raciones: 4 personas
Ingredientes:
- 500 g de patatas
- 100 g de cebolla tierna
- 30 ml de vinagre de Jerez
- 100 ml de aceite de oliva suave
- Un puñado de perejil picado
- Sal
Elaboración:
- Comenzamos cociendo las patatas, enteras y con piel. Llenamos una olla con agua hasta que cubra las patatas por completo, sazonada con una cucharadita de sal. Cocemos las patatas durante unos 30 minutos a fuego medio o hasta que estén tiernas al pincharlas con un tenedor.
- Mientras tanto, cortamos la cebolla en juliana fina y reservamos.
- A continuación, preparamos la vinagreta con la que aliñaremos nuestras patatas. Para ello, mezclamos en un recipiente el aceite de oliva suave, el vinagre de Jerez, el perejil y sal al gusto.
- Una vez nuestras patatas estén tiernas, las pelamos con cuidado y las troceamos en porciones más o menos regulares. Las colocamos en un bol, al que añadimos la cebolla picada en juliana, un puñado de perejil fresco muy picado y la vinagreta.
- Mezclamos todo hasta que los sabores se impregnen, aún con la patata caliente, y lo dejamos enfriar hasta el momento de servir.
Ensalada campera
Esta receta de ensalada con base de patata es una habitual en la carta de numerosos bares y restaurantes españoles, un plato delicioso, ideal para la época estival. Existen muchas variaciones de esta receta, a la que se pueden añadir ingredientes de lo más variados, desde ahumados y salazones hasta salsas caseras.
Tiempo de elaboración: 40 minutos
Raciones: 2 personas
Ingredientes:
- 400 g de patata
- 1 cebolleta
- 3 tomates pera
- 1 pimiento verde
- 1 pimiento rojo
- 2 huevos
- 1 lata de atún en aceite o al natural
- 10 aceitunas verdes o negras
- 60 ml de aceite de oliva virgen extra
- 15 ml de vinagre de Jerez o de sidra
- 5 ml de zumo de limón
- Pimienta negra molida
- Sal
Elaboración:
- Lavar las patatas adecuadamente antes de cocerlas en una olla con abundante agua salada. También se pueden cocinar al vapor. Y los huevos pueden cocerse al mismo tiempo para ahorrar tiempo.
- Pasados entre 9 y 12 minutos de cocción, los huevos deberán retirarse y enfriar antes de ser pelados.
- Hay que dejar las patatas en cocción hasta que puedan ser atravesadas fácilmente con un cuchillo, para lograr la textura adecuada, aunque se puede ajustar al gusto personal. Posteriormente, se deben escurrir y dejar enfriar antes de pelar.
- El siguiente paso es lavar bien los pimientos, retirar sus semillas y cortarlos en cuadrados pequeños o tiras.
- Picar la cebolleta y trocear los tomates.
- Combinar todos estos ingredientes en una fuente junto con aceitunas cortadas por la mitad, y las patatas ya enfriadas. Se debe salpimentar y mezclar todo.
- Para la vinagreta, se junta aceite con vinagre, jugo de limón y sal al gusto.
- El atún o bonito debe ser escurrido y repartido por encima de la mezcla de ingredientes, añadiendo los huevos pelados y cortados.
- Aliñar la ensalada.
Patatas en salsa verde
Este guiso a base de patata es un clásico de la cocina vasca, un plato de cuchara de los de toda la vida, sabrosos, sencillo, barato y muy fácil de cocinar. En esta receta cobra protagonismo la ‘salsa verde’, un delicioso aderezo frecuente en diferentes cocinas españolas que consiste en una mezcla de ajo y perejil y que es perfecto para acompañar platos de marisco y pescado.
Tiempo de elaboración: 40 minutos
Raciones: 4 personas
Ingredientes:
- 600 g de patatas
- 1 cebolla
- 3 dientes de ajo
- 200 g de guisantes en conserva
- 2 huevos
- Pimienta
- Sal
- Perejil fresco
- Aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
- Para empezar, cocemos los huevos en agua con sal durante unos 10 minutos. Pasado este tiempo, los refrescamos con agua fría, los pelamos y los lavamos.
- Ponemos aceite de oliva en una cazuela y rehogamos el ajo y la cebolla picados finamente.
- Mientras tanto, pelamos las patatas y las cortamos en rodajas de algo menos de 1 centímetro de grosor. Una vez partidas, las añadimos a la cazuela y las cocinamos unos minutos junto a la cebolla y el ajo, con cuidado de que no se rompan.
- Salpimentamos y espolvoreamos perejil picado a nuestro gusto. Añadimos agua hasta cubrir las patatas y dejamos que se cuezan unos 20 minutos, hasta que estén completamente cocidas.
- Unos 5 minutos antes de acabar la cocción, añadimos a la cazuela los guisantes. Rectificamos de sal y pimienta si fuera necesario, añadimos los huevos picados y lo servimos.
Patatas revolconas
Las patatas revolconas, también llamadas meneás o removidas, se han convertido en un verdadero manjar en el mundo del tapeo. Este plato, tradicionalmente elaborado por humildes campesinos, es típico de las provincias de Ávila, Salamanca, Cáceres y del oeste de la provincia de Toledo, en concreto de la comarca de Talavera de la Reina. El contraste entre la corteza crujiente del torrezno y la melosidad de las patatas crea una doble textura maravillosa que hace de las patatas meneás un verdadero placer.
Tiempo de elaboración: 30 minutos
Raciones: 4 personas
Ingredientes
- 4 patatas medianas
- 2 trozos de panceta adobada
- 1 cucharada sopera de pimentón dulce de la Vera
- 1 cucharadita de pimentón picante (opcional)
- Sal
- Hojas de laurel
- 1 diente de ajo
- Aceite de oliva virgen extra
Elaboración
- En primer lugar, cocemos las patatas para hacer el puré de patatas, añadiéndolas a una olla con agua hirviendo, un poco de sal y hojas de laurel. Cocemos durante unos 20 minutos las patatas con piel. Para comprobar si están listas, introducimos un cuchillo en el centro de las patatas.
- Una vez hechas, las dejamos enfriar, las pelamos y las ponemos en un bol. Las machacamos con un machacapatatas o con un tenedor.
- Por otro lado, cortamos la panceta en trozos pequeños para hacer los torreznos crujientes.
- En una sartén a fuego medio añadimos un chorro de aceite de oliva. Hacemos los torreznos con un ajo entero sin pelar. Una vez veamos que están hechos, subimos el fuego fuerte para que se queden crujientes.
- Sacamos los torreznos y dejamos enfriar el aceite. Cuando esté templado, agregamos el pimentón y lo sofreímos unos segundos, con cuidado que puede llegar a quemarse.
- Finalmente, mezclamos poco a poco las patatas con el aceite con pimentón. Añadimos los torreznos y ya tendremos nuestras patatas revolconas.