La técnica de José Andrés para hacer los huevos fritos más ricos: “Probablemente nunca has oído hablar de esto antes”

El huevo frito es una de las recetas más sencillas que existen. Acompañado con patatas fritas, como anexo a un pisto o a una magra con tomate, para coronar una hamburguesa o un sándwich o para disfrutarlo por sí mismo, un huevo frito es un básico en la cocina que cualquier cocinero principiante o versado debería saber hacer.

A pesar de su sencillez, el huevo frito lo tiene todo para ser el favorito de muchos. Su yema cremosa y llena de sabor contrasta con los bordes crujientes de la puntilla, todo ello completado por el explosivo sabor del aceite que se utiliza para su cocción. Parece fácil, pero, en realidad, cocinarlo bien tiene su truco. Así lo explica el chef José Andrés, que ha conseguido perfeccionar al máximo su técnica hasta conseguir un resultado de sobresaliente.

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“Todo el mundo piensa que cocinar huevos es sencillo. Pero, como chef, te diré que es una de las cosas más difíciles de hacer bien”, aseguraba en una de las recetas que comparte a través de su web, Longer Tables. “Voy a enseñarte cómo freírlos mejor con una técnica de la que probablemente nunca hayas oído hablar antes”, anunciaba al comenzar su receta. Sin duda, se trata de un método poco tradicional, pero el chef nos asegura que el resultado merece la pena y mucho.

Para hacer un huevo frito de sobresaliente solo hacen falta dos ingredientes: el huevo y el aceite. El método en cuestión consiste en separar las claras y las yemas de nuestros huevos, para tratarlas de maneras diferentes y que cada una de las partes se cocine a nuestro gusto. Por un lado, se cuecen solo las claras, batidas y extendidas en el fondo de una sartén antiadherente, engrasada con una fina capa de aceite de oliva. En uno o dos minutos conseguiremos crear una suerte de tortilla de claras con una parte inferior crujiente y dorada, algo que le dará a nuestro huevo un sabor delicioso.

Una vez hecho esto, el cocinero nos recomienda retirar las claras de la sartén a un plato grande. Mientras aún están calientes, colocaremos suavemente las yemas encima, rompiéndolas y extendiéndolas por la base de claras. El calor de las claras cocinará suavemente las yemas, consiguiendo un resultado supercremoso. “Sé que parece una locura, pero créeme, este método es perfecto si lo que te gusta son las claras crujientes y las yemas suaves y cremosas que puedes tomar con un trozo de pan crujiente”, concluye el cocinero asturiano.

El resultado es una suerte de tortilla crujiente, un huevo frito que puede ser perfectamente el protagonista de cualquier desayuno o cena, siempre acompañado de un buen trozo de pan para mojar. Para servirlo, el chef recomienda espolvorear un poco de sal y pimienta y completar el plato con medio aguacate cortado en láminas o, para una opción más lujosa, un poco de caviar.