Hubo un tiempo en que las tapas eran un trozo de jamón o queso y poco más. Esto fue en su origen, aunque nadie tiene claro cuándo fue el nacimiento exacto de uno de los más tradicionales platos españoles. Sean frías o calientes, a veces de carne de cerdo, otras de pollo, con huevo, tortillas, con hortalizas, croquetas, patatas, pulpo, calamares o aceitunas, en ocasiones sencillas y, en otras, verdaderas obras de arte culinarias, las tapas son un imprescindible en la gastronomía española.
Con solo unos cuantos ingredientes básicos y 20 minutos de nuestro tiempo podemos hacer en casa una de las tapas más consumidas de toda la gastronomía española. Gambas, ajo, guindilla y aceite de oliva, un sencillo y breve equipo de ingredientes llenos de sabor que dan como resultado unas deliciosas y sencillas gambas al ajillo.
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Las gambas al ajillo son una de esas tapas que, aunque parezcan simples, tienen un lugar especial en la cultura culinaria de España. Este plato, servido en una cazuela de barro humeante y acompañado de un buen trozo de pan crujiente, es un favorito en los bares de tapas y restaurantes, especialmente en las regiones costeras. Su receta es muy sencilla, con pocos ingredientes y rápida de elaborar, ideal para una cena informal o como aperitivo en reuniones familiares o entre amigos.
La elaboración de las gambas al ajillo comienza con la selección de gambas frescas y de buena calidad, preferiblemente de tamaño mediano a grande, aunque con gambas congeladas también se puede lograr muy buen resultado. Estas se cocinan brevemente en una mezcla de ajo picado y guindilla en rodajas, todo ello en abundante aceite de oliva virgen extra. El resultado es un plato jugoso y aromático, que puede acompañarse con un buen pan para mojar en el aceite.
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Receta de gambas al ajillo
Tiempo de elaboración: 20 minutos
Raciones: 4 personas
Ingredientes:
- 500 gramos de gambas frescas
- 6 dientes de ajo
- 2 guindillas
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
- Sal al gusto
- Perejil fresco picado (opcional)
Elaboración:
- Comenzamos pelando y limpiando nuestras gambas, desvenando cada pieza con cuidado.
- A continuación, pelamos y picamos los dientes de ajo, cortándolos en láminas muy finas. Hacemos lo propio con las guindillas, que picaremos en trozos pequeños.
- En una sartén grande o en una cazuela de barro, calentamos el aceite de oliva a fuego medio.
- Añadimos el ajo picado y las guindillas, y sofreímos durante unos 2-3 minutos hasta que el ajo esté dorado y fragante, pero no quemado, ya que esto aportará un sabor amargo no deseado.
- Incorporamos las gambas a la sartén, sazona con sal al gusto y cocinamos durante 3-4 minutos, removiendo ocasionalmente, hasta que las gambas estén rosadas y bien cocidas.
- Si lo deseamos, podemos espolvorear con perejil fresco picado antes de servir.
- Servimos las gambas al ajillo inmediatamente en una cazuela de barro caliente, acompañadas de pan crujiente para mojar en el delicioso aceite.