En nuestro país el cerdo es el animal por excelencia, y es que de él se extraen muchos de los alimentos que consumimos en nuestro día a día. Son algunos como las chuletas, preparadas normalmente a la plancha, a la parrilla, u horneadas; las costillas a la brasa, asadas al horno y a la barbacoa; el solomillo, considerado el corte más tierno, y otros muchos productos como el filete, el lomo, el pecho, el codillo, el espinazo, el chicharrón, el jamón, la moronga, las salchichas, el tocino, el hígado o las manitas de cerdo.
El cerdo ibérico tiene una infinidad de partes que pueden cocinarse de muchas formas diferentes, y todas ellas deliciosas. Las posibilidades son casi infinitas, aunque hay algunos cortes que, históricamente, han pasado algo desapercibidos. Algo así sucede con las carrilleras, una pieza de casquería, de escaso valor hace unos años, pero que ahora se ha revalorado, convirtiéndose en una auténtica delicatessen. Este corte proviene de los músculos de la mejilla del cerdo, una carne tierna y jugosa que, cuando se cocina adecuadamente, a fuego lento y sin prisas, se deshace en la boca. Esta carne es ideal para guisos y estofados, pues su contenido de grasa consigue una textura suave y jugosa.
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Esta pieza de carne de cerdo alcanza su mejor versión en la receta de carrilleras al vino tinto, un guiso sencillo y reposado con un resultado delicioso. Cocinadas de esta forma, las carrilleras de cerdo tienen una rica historia en la gastronomía española, especialmente en regiones como Castilla y León. Su preparación comienza dorando las carrilleras para sellar los jugos, seguido de una cocción prolongada en vino tinto y caldo, junto con verduras aromáticas como cebolla, zanahoria y ajo. Esta técnica permite que la carne absorba todos los sabores del caldo, resultando en un plato de sabor profundo y carne tierna que se deshace fácilmente.
El tiempo de cocción es clave en esta receta, ya que las carrilleras necesitan de él para conseguir una textura melosa. Es por ello que este guiso necesita hasta tres horas de cocinado, un tiempo que podemos reducir si optamos por utilizar una olla a presión u olla exprés. En este caso, necesitaremos de unos 30 minutos para conseguir un resultado idóneo.
Receta de carrilleras de cerdo al vino tinto
Tiempo de elaboración: 3 horas y 30 minutos
Raciones: 4 personas
Ingredientes:
- 1 kg de carrilleras de cerdo
- 2 cebollas grandes, picadas
- 2 zanahorias, peladas y cortadas en rodajas
- 4 dientes de ajo, picados
- 500 ml de vino tinto
- 500 ml de caldo de carne
- 2 hojas de laurel
- 1 ramita de tomillo
- Sal y pimienta al gusto
- Aceite de oliva
Elaboración:
- Limpia las carrilleras de cualquier exceso de grasa o membranas.
- Sazona las carrilleras con sal y pimienta.
- En una cacerola grande, calienta un poco de aceite de oliva a fuego medio-alto y dora las carrilleras por ambos lados. Retíralas y reserva.
- En la misma cacerola, añade un poco más de aceite si es necesario y sofríe las cebollas hasta que estén doradas.
- Agrega las zanahorias y el ajo, y cocina por unos minutos hasta que se ablanden.
- Vuelve a colocar las carrilleras en la cacerola y vierte el vino tinto, dejando que se evapore el alcohol durante unos minutos.
- Añade el caldo de carne, las hojas de laurel y la ramita de tomillo.
- Lleva a ebullición, luego reduce el fuego al mínimo, tapa la cacerola y deja cocinar a fuego lento durante aproximadamente 3 horas, o hasta que las carrilleras estén muy tiernas.
- Rectifica la sazón antes de servir y acompaña con puré de patatas o verduras asadas.