Un 12,6% de la gente en España sale a correr. Y es que el running es, desde siempre, una de las alternativas más cómodas y flexibles para aquellos que quieren cuidar de su salud: se puede hacer cuando se quiera y no hay que pagar ni una subscripción ni a un monitor.
Sin embargo, esta libertad no quiere decir que haya formas mejores y peores de llevar a cabo esta práctica. Un reciente estudio divulgado en la revista Diabetes Care ha arrojado resultados reveladores sobre la relación entre el momento del día en el cual se realiza actividad física de intensidad moderada y su efecto protector contra enfermedades cardiovasculares y otros desenlaces adversos para la salud. En una amplia cohorte de casi 30,000 individuos con obesidad, se observó que aquellos que ejercitaban predominantemente entre las 6 de la tarde y la medianoche registraban una menor tasa de mortalidad por todas las causas, enfermedades cardiovasculares y afecciones microvasculares en comparación con otros horarios.
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Este estudio pone en relieve no solo la importancia de la actividad física para el bienestar cardiometabólico, sino también cómo el momento del día en que se realiza esta puede influir en su efectividad. Aunque realizar ejercicio en cualquier momento del día disminuye el riesgo en comparación con no hacerlo, los beneficios se maximizan cuando la actividad se lleva a cabo en las horas vespertinas.
La investigación examinó un segmento de participantes del UK Biobank, utilizando acelerómetros para medir la intensidad y frecuencia de la actividad física, clasificándola en sedentaria, de bajo gasto energético (como caminar) y de alto gasto (como correr). Se prestó especial atención a episodios de actividad aeróbica de intensidad moderada-alta de más de 3 minutos de duración, agrupando a los sujetos según el momento predominante del día en que realizaban dicha actividad: mañana (6:00-12:00), tarde (12:00-18:00), noche (posterior a las 18:00) o sin concentración específica.
Las conclusiones del estudio
Los hallazgos fueron contundentes. Frente a los individuos inactivos, aquellos que realizaban actividad física moderada en la mañana veían reducido su riesgo de mortalidad por cualquier causa en un 33%, quienes lo hacían en la tarde en un 40%, y los de la noche en un impresionante 61%. Cuando se trataba específicamente de enfermedades cardiovasculares, el riesgo disminuía en un 16-17% en los grupos de mañana y tarde, y un 36% en el grupo nocturno. Estos porcentajes variaban levemente al observar el impacto en la prevalencia de enfermedades cardiovasculares, siendo de un 21%, 16%, y 24% para actividades matutinas, vespertinas y nocturnas, respectivamente.
Por otro lado, otros estudios ya habían señalado otras ventajas de salir a correr en la última hora de la tarde: se mejora el rendimiento físico hasta un 20%, se necesita menos calentamiento -porque ya nos hemos movido a lo largo del día-, se produce más testosterona y alivia el estrés. Además, en las primeras horas de la noche el consumo de oxígeno es también menor, por lo que el cuerpo acaba quemando más calorías.
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La investigación de Diabetes Care indica que la frecuencia de la actividad física moderada es más relevante que su duración para prevenir enfermedades cardiometabólicas. Este punto es crucial para el diseño de programas de ejercicio más efectivos enfocados en la prevención y tratamiento de estas condiciones. Incluso en un subgrupo de cerca de 3,000 pacientes con diabetes tipo 2, se replicaron los resultados, subrayando la importancia del momento en que se realiza la actividad física como factor a considerar en intervenciones de estilo de vida para individuos en riesgo.