Qué comer en Café Gijón, uno de los restaurantes más antiguos de Madrid: un viaje culinario por España en el corazón de la capital

El Gran Café Gijón, emblema de la vida cultural madrileña desde su apertura en 1888, continúa siendo hoy en día un punto de referencia para los amantes de las letras y la historia. Este emblemático establecimiento, fundado por el asturiano Gumersindo Gómez, no solo ha sido testigo de importantes acontecimientos culturales, sino que también se ha mantenido como un espacio de encuentro para intelectuales y artistas a lo largo de más de un siglo.

Tras su fundador, Gumersindo, el local pasó a manos de Benigno López, y posteriormente, de la viuda de este, Encarnación Fernández, quien jugó un papel clave en los momentos más destacados del café. Bajo su dirección, el local vivió sus años dorados, manteniendo viva la tradición literaria y artística que le caracteriza. Actualmente, la dirección del café está a cargo de los descendientes de Gregorio Escamilla Saceda, quienes se esfuerzan por preservar el legado cultural del establecimiento.

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Durante sus más de 130 años de historia, este establecimiento ha sido centro neurálgico de la cultura y la literatura madrileñas, gracias a las tertulias que se celebraban diariamente en sus salones. En el Gran Café de Gijón han disertado personajes de la talla de Canalejas, Ramón y Cajal, Pérez Galdós, Romero de Torres, Ramón María del Valle-Inclán, Gerardo Diego, Torrente Ballester, Sastre, Cela y un interminable etcétera. A día de hoy, la literatura sigue siendo protagonista.

El Gran Café Gijón no solo es conocido por su historia y contribución a la vida cultural de Madrid, sino también por ser el lugar de entrega del premio anual de novela ‘Café Gijón’. Este premio, fundado por Fernando Fernán Gómez, es una iniciativa que refuerza el compromiso del café con la promoción de la literatura y el arte, algo que sin duda ha marcado su historia desde los inicios.

A lo largo de los años, este local ha conseguido conservar el ambiente evocador de aquella época de esplendor cultural que vivió Madrid en el siglo XIX y principios del XX, siendo así un testimonio viviente de la historia cultural de la ciudad. A día de hoy, el café sigue cubierto de mesas de mármol y asientos rojos, con las paredes llenas de cuadros como ya se encontraba en el siglo XIX.

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Este café es parte fundamental de la historia de la ciudad de Madrid, al igual que lo son otros locales centenarios como Lhardy (1839), Casa Labra (1860), Los Galayos (1894) o la Chocolatería San Ginés (1894). En el caso de este café gijonense, su carta se ha ido adaptando a la multiculturalidad que caracteriza a la ciudad de Madrid, manteniendo siempre algunos clásicos originales de la cocina asturiana.

Su carta es breve, pero, actualmente, reúne los más icónicos platos e ingredientes tradicionales de la gastronomía española. De esta forma, a partir de los platos servidos en el Café Gijón se puede hacer una suerte de viaje alrededor del país, gracias a platos como el Cazón en adobo de Cádiz, los Palitos de berenjenas y miel de caña típicos de la cocina cordobesa, una versión del valenciano Arroz del “señorito”, Pulpo a la gallega o Merluza a la bilbaína.

Pero si hay una cocina que cobra absoluto protagonismo en este histórico café esa es la asturiana. Las fabes son una de sus especialidades, así como el delicioso cachopo asturiano, elaborado con dos filetes de ternera blanca, jamón ibérico, queso de oveja Payoya de tierras de Cádiz y cebolla caramelizada. Los martes, el Café Gijón hace un homenaje a su ciudad, Madrid, con uno de los platos más icónicos de su gastronomía. En este día de la semana, es tradición servir en el Café Gijón cocido madrileño.