La reconocida nutricionista y oncóloga estadounidense Nichole Andrews, autora del libro El azúcar no alimenta el cáncer: la guía completa para la prevención del cáncer, nutrición y estilo de vida, señala dos factores de riesgo significativos en el desarrollo del cáncer que suelen ser subestimados: la dieta y el estilo de vida. Según Andrews, la alimentación y las bebidas consumidas tienen un impacto directo en la salud general de las personas y, por lo tanto, en el riesgo de desarrollar tumores. Las investigaciones científicas respaldan esta afirmación, destacando la importancia de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable en la prevención de esta enfermedad.
En ese sentido, la experta asegura que las carnes procesadas y el alcohol “son los únicos dos que aumentarán el riesgo de consumo de varios tipos de cáncer diferentes”. Así lo expresó en un vídeo que compartió en su cuenta de TikTok que ya suma cerca de 110 mil vistas desde que fue publicado.
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Por qué la carne produce cáncer
En 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó a la carne procesada como cancerígena. Y estudios recientes indican que el consumo frecuente de carne roja o procesada puede incrementar hasta en un 40% el riesgo de desarrollar cáncer. Según el Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas, ntre las carnes procesadas se incluyen productos como jamón, salchichas, pepperoni y embutidos,
Lindsey Wohlford, dietista de bienestar de los empleados en el MD Anderson Cancer Center, explica que el consumo de carnes procesadas, como tocino y embutidos, puede elevar el riesgo de padecer cáncer de estómago y colorrectal. Aunque los investigadores aún no tienen certeza absoluta sobre la razón por la cual la carne procesada incrementa el riesgo de cáncer, una hipótesis sugiere que los nitratos utilizados en su procesamiento y las altas temperaturas aplicadas podrían ser factores determinantes.
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Investigadores de la Facultad de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California, en un estudio publicado en la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention de la American Association of Cancer Research, han encontrado evidencia que vincula el consumo de carne roja con un incremento en el riesgo de cáncer colorrectal. El estudio identificó dos marcadores genéticos, los genes HAS2 y SMAD7, que se asocian con un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Estos hallazgos aportan una comprensión más profunda de cómo el consumo de carne roja puede afectar la predisposición genética hacia el cáncer colorrectal, sugiriendo una relación directa entre la dieta y las alteraciones en los procesos biológicos que podrían conducir al desarrollo del cáncer.
Relación entre alcohol y cáncer
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés), “todas las bebidas alcohólicas, incluidos el vino tinto y blanco, la cerveza y los licores, están relacionadas con el cáncer”.
Nichole Andrews explica que el alcohol incrementa el riesgo de cáncer dado que el cuerpo lo descompone en acetaldehído, una sustancia química que daña el ADN y obstruye la capacidad del organismo para repararlo. Durante el 49 Congreso de la Sociedad Española para el Estudio del Hígado (AEEH), expertos concluyeron que aproximadamente el 55% de los casos de cáncer de hígado están vinculados al consumo de alcohol, incluso en patrones de consumo intermitente o eventual.
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Según los hepatólogos, consumir alcohol excesivamente durante los fines de semana es tan dañino como beber diariamente. Andrews añade que el consumo de alcohol no solo está relacionado con el cáncer de hígado, sino que también aumenta el riesgo de desarrollar tumores en el seno, colon, boca, garganta y esófago.
Qué comer para reducir el riesgo de cáncer
Los especialistas de la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer destacan que, aunque no hay una dieta que pueda asegurar la prevención completa del cáncer, integrar alimentos con propiedades específicas en la alimentación diaria puede ayudar a disminuir el riesgo de desarrollar esta enfermedad. Modificar los hábitos alimenticios, por tanto, se presenta como una estrategia valiosa en la prevención de patologías oncológicas.