‘La psicología de la memoria’, el libro con las claves para mejorar tu memoria

Las psicólogas Megan Sumeracki y Althea Need Kaminske aborda los enigmas que rodean el funcionamiento de la recuperación de recuerdos con una nueva perspectiva

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Células nerviosas del cerebro (Shutterstock)
Células nerviosas del cerebro (Shutterstock)

Llegas a la cama después de un día agotador, cierras los ojos esperando que el sueño haga sus efectos lo más rápido posible, pero te asalta una duda: “¿He cerrado con llave la puerta de la calle?”. No eres capaz de recordarlo e irremediablemente te tienes que levantar para poder comprobarlo y dormir tranquila o tranquilo. Para colmo, a la mañana siguiente, no te acuerdas de dónde has dejado el juego de llaves y te toca, otra vez, volver a buscarlo. Son pequeños y molestos olvidos del día a día que pueden asaltar a cualquiera. De hecho, lo hacen con bastante frecuencia.

En La psicología de la memoria, un libro que aborda los enigmas que rodean el funcionamiento de la memoria, las doctoras Megan Sumeracki y Althea Need Kaminske, ambas psicólogas aportan una nueva perspectiva sobre este complejo proceso mental y dan algunos trucos para mejorar la capacidad de recordar.

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Las especialistas explican que el proceso de almacenar y recuperar información es más complicado de lo que generalmente se cree, y desmitifican la idea de que existe un único tipo de memoria destacable, como la memoria fotográfica. Según explican las expertas, el cerebro selecciona y edita recuerdos de forma similar a una “página Wiki”, pudiendo modificar detalles con el tiempo. Este mecanismo permite un olvido natural que favorece la retención de información más general y esencial.

El libro advierte sobre la importancia de comprender adecuadamente cómo funciona la memoria, especialmente en contextos críticos como los juicios, donde los testimonios basados en recuerdos irregulares pueden ser malinterpretados. Kaminske resalta que “las personas recuerdan mejor la información cuando la procesan en un escenario relevante”, sugiriendo así la necesidad de adaptar nuestras estrategias de aprendizaje a las condiciones en que se memoriza la información.

Qué elementos propician la perdida de memoria

En el libro, que detalla los mecanismos de los diferentes sistemas y tipos de memoria, como la memoria a corto y largo plazo, explica el enorme impacto del alcohol, la falta de sueño y la cafeína en los procesos que nos ayudan a recordad y a retener recuerdos. Además, el texto corrige conceptos erróneos sobre la memoria, destacando su papel fundamental no solo en la rememoración de eventos pasados, sino también en la planificación de actividades futuras.

Cómo fortalecer la memoria

Un punto clave para facilitar la memoria consiste en tratar de recordar realizar una tarea en el futuro. Las estrategias pueden fortalecer este tipo de memoria, que se conoce como recuerdo “basado en eventos”, es decir, desarrollar unas rutinas que sistematizar para seguir siempre los mismos pasos. Un ejemplo de Sumeracki y Kaminske es dejar un bolso en el asiento trasero del automóvil como señal para recordar sacar a su hijo del asiento del automóvil antes de ir a trabajar.

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“Las técnicas visuales y auditivas también pueden ayudar a entrenar la memoria de personas normales. La capacidad de recordar el orden de las cartas de una baraja parece impresionante, pero se puede lograr creando asociaciones mentales para cada carta”, explican, y añaden que “cualquiera que haya estudiado sabe que la práctica regular es fundamental. Pero para convertirse en un experto en un campo de aprendizaje, la gente necesita emplear una práctica deliberada. La diferencia es que la práctica deliberada implica atención deliberada y decidida, mientras que la práctica regular solo implica repetición”, concluyen.

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Según las autoras, otras técnicas para estimular la memoria pueden mejorar el conocimiento a largo plazo y conducir a un aprendizaje más eficiente. Una técnica descrita en el libro es la “práctica de recuperación”, la estrategia de “sacar” hechos de la memoria. Un ejemplo es aprender el nombre de un nuevo amigo dirigiéndose deliberadamente a él cada vez que lo vea.

Por eso, para recordar dónde has dejado las llaves cada mañana, puedes crear una rutina y dejarlas siempre en el mismo sitio. Así siempre sabrás donde tienes que ir a buscarlas.

(Información elaborada por Europa Press)

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