Qué es el síndrome Hikikomori, el trastorno por el que las personas se aíslan en su casa durante al menos 6 meses

En ocasiones, puede deberse a eventos traumáticos o estresantes que empujan a la persona a huir recluyéndose en casa

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Una joven aislada en casa (Shutterstock)
Una joven aislada en casa (Shutterstock)

El síndrome Hikikomori es un fenómeno psicológico y social que introdujo el psiquiatra japonés Tamaki Saito por primera vez en 1998. En palabras del propio Saito, hace referencia a “aquellos que se retiran completamente de la sociedad y permanecen en sus propias casas durante un periodo mayor a 6 meses, con un inicio en la última mitad de los 20 años y para quienes esta condición no se explica mejor por otro trastorno psiquiátrico”. El término “Hikikomori” se deriva del japonés y se traduce aproximadamente como “estar confinado” o “recluirse”.

Las personas que experimentan el síndrome Hikikomori suelen ser adolescentes o adultos jóvenes, aunque también se han observado casos en personas de mayor edad. A menudo, el inicio del aislamiento se asocia con eventos estresantes o traumáticos en la vida de la persona, como problemas escolares, conflictos familiares, ser víctimas de bullying, problemas laborales o la pérdida de un ser querido. Este aislamiento puede ser una respuesta a estos eventos, una forma de evitar el estrés y la ansiedad que generan.

Uno de los aspectos más preocupantes del síndrome Hikikomori es la incapacidad o la falta de voluntad para buscar ayuda o tratamiento, pues las personas que lo experimentan a menudo se sienten atrapadas en un ciclo de aislamiento y vergüenza, lo que dificulta que busquen apoyo. Además, el estigma social asociado con el síndrome Hikikomori puede hacer que las personas se sientan aún más avergonzadas y aisladas, lo que perpetúa el ciclo.

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Las causas exactas del síndrome Hikikomori no están completamente entendidas y probablemente sean multifactoriales. Se cree que factores sociales, culturales, psicológicos y familiares pueden contribuir al desarrollo y mantenimiento del síndrome. Por ejemplo, la presión social para tener éxito académico o laboral en países como Japón puede ser abrumadora, lo que puede llevar a algunas personas a retirarse de la sociedad en lugar de enfrentar el fracaso percibido.

Según un estudio del Instituto Psiquiátrico Montreal de Madrid publicado en 2018 en la Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, “es frecuente que se haya producido un sobreprotección por parte de su familia”, puesto que “la deprivación de la autonomía del niño restringe su desarrollo psicosocial. Por otro lado se ha visto que afecta a hijos cuyos padres tienen elevadas expectativas y están sometidos a una elevada presión académica”.

Un chico jugando videojuegos (Shutterstock)
Un chico jugando videojuegos (Shutterstock)

Tratamiento terapéutico del síndrome Hikikomori

El tratamiento del síndrome Hikikomori puede ser complicado debido a la naturaleza del aislamiento de las personas afectadas. Sin embargo, intervenir temprano y proporcionar un apoyo comprensivo y empático es fundamental para ayudar a las personas a salir del ciclo de aislamiento. Esto puede implicar la participación de profesionales de la salud mental, trabajadores sociales, familiares y amigos en el proceso de recuperación.

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Las intervenciones terapéuticas pueden incluir terapia cognitivo-conductual para abordar pensamientos y comportamientos negativos, terapia de exposición para ayudar a las personas a enfrentar sus miedos sociales y terapia de grupo para proporcionar apoyo de pares y fomentar la conexión social. Además, puede ser necesario abordar problemas subyacentes como la depresión, la ansiedad o el trauma que puedan estar contribuyendo al síndrome Hikikomori.

Es importante destacar que el síndrome Hikikomori no es exclusivo de Japón y puede ocurrir en cualquier parte del mundo. De hecho, cada vez es más frecuente. A medida que la conciencia sobre este fenómeno continúa creciendo, es crucial erradicar el estigma del aislamiento social y fomentar entornos de apoyo que permitan a las personas buscar ayuda sin sentir vergüenza o juicio.

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