Trabajar antes de las 9 y más tarde de las 17 pone en riesgo a la salud, según un estudio

Las personas que trabajaron en horarios no tradicionales experimentaron menor cantidad y calidad de sueño, según un estudio de la revista ‘Plos One’

Una trabajadora en horario nocturno. (EUROPA PRESS)

Cualquier excusa es buena para no trabajar. El horario laboral siempre es objeto de debate: que si mejor cuatro días en vez de cinco, mejor 37,5 horas antes que 40... y ahora un estudio publicado recientemente en la revista Plos One ha determinado cuáles son las mejores horas para trabajar y a partir de qué momento del día ya no es bueno. La investigación, llevada a cabo por Wen-Jui Han de la Universidad de Nueva York, ha revelado algo que todos queríamos oír o leer: que trabajar en horarios tempranos puede tener efectos perjudiciales para la salud a largo plazo.

Su trabajo proporciona una visión detallada de cómo los patrones de empleo durante la vida laboral pueden influir en la salud física y mental al llegar a la mediana edad. Utilizando datos de la Encuesta Nacional Longitudinal de la Juventud-1979 (NLSY79), que sigue a más de 7.000 individuos de Estados Unidos durante tres décadas, su estudio analiza las consecuencias de distintos horarios laborales.

Los resultados indicaron que las personas que trabajaron en horarios no tradicionales experimentaron menor cantidad y calidad de sueño, además de mostrar mayor propensión a padecer síntomas depresivos al alcanzar los 50 años. Estos efectos fueron especialmente marcados en aquellos que, tras haber comenzado su carrera laboral en horarios estándar, cambiaron a horarios más irregulares durante los años siguientes.

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El trabajo de Han reveló diversas trayectorias laborales entre los participantes, destacando la heterogeneidad en los patrones de trabajo a lo largo del tiempo. Un 26% de los encuestados mantuvo un empleo con horarios estables durante el período estudiado, mientras que un 35% trabajaba principalmente en horas estándar, lo que sugiere una base de empleados con cierta regularidad en sus horarios de trabajo.

Trabajadores en horario nocturno en Perú. (Andina)

Por otro lado, un 17% de los participantes experimentó una transición de empleos con horarios estándares a empleos con horarios más volátiles, incluyendo combinaciones de turnos de tarde, noche y horas que varían. Esta variabilidad en los horarios puede reflejar cambios en las necesidades de empleo o en las circunstancias personales de los trabajadores. Además, un 12% de los encuestados pasó de tener un horario de trabajo estándar a uno variable, lo que indica otra forma de inestabilidad laboral o adaptación a nuevas demandas laborales. Finalmente, un 10% de los participantes no trabajó durante el período estudiado.

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Preocupación por las condiciones precarias

En las palabras de Han, este hallazgo subraya la creciente preocupación por cómo las condiciones laborales precarias en la sociedad actual pueden convertirse en un factor de riesgo para la salud, particularmente entre los grupos más vulnerables. Esta investigación arroja luz sobre la importancia de considerar la regulación y adaptación de los horarios de trabajo como medida preventiva para proteger la salud laboral a largo plazo.

“El trabajo que se supone debe aportar recursos para ayudarnos a mantener una vida decente se ha convertido ahora en una vulnerabilidad para una vida saludable debido a la creciente precariedad en nuestras modalidades de trabajo en esta sociedad cada vez más desigual. Las personas con posiciones sociales vulnerables cargan desproporcionadamente con estas consecuencias para la salud”, ha concluido.

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