El recetario tradicional de la Semana Santa española es muy extenso, una lista repleta de recetas que pueden variar, y mucho, dependiendo de la región en la que celebres esta festividad religiosa. La cocina dulce vive también una época de apogeo en estas fechas, con delicias como las torrijas o las monas como máximos exponentes. A estos dos postres se unen otros, típicos de distintas zonas del país, como el panquemado, los buñuelos, los pestiños…
Pero fuera de España también se elaboran recetas dulces de Pascua, algunas tan conocidas que ya han empezado a insertarse en nuestras pastelerías. Como ocurre, cada vez más, con el panettone en Navidad, otros postres italianos entran cada vez con más fuerza a nuestras mesas, sustituyendo incluso a otras opciones tradicionales. En Semana Santa, la colomba italiana llega también a España, acompañando a las torrijas, pestiños y otras típicas dulcerías en estos días de comilonas y celebración.
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La Colomba di Pasqua, conocida también como paloma de Pascua, es un dulce italiano típico de la Semana Santa. Se trata de un pan dulce fermentado, similar en ingredientes al panettone, incorporando huevos, azúcar, y mantequilla, y se distingue por llevar un glaseado de almendras. Originaria de Lombardía en la década de 1930, esta receta se caracteriza por su forma de paloma, símbolo de la Pascua.
Se hornea en un molde especial de papel similar al usado para el panettone, que le otorga su curiosa forma. Aunque hay variantes, incluyendo sabores como chocolate, pistacho y crema, la preparación de la colomba más sencilla cuenta con unos ingredientes muy básicos: una masa fermentada de pan dulce, enriquecida con huevos, azúcar y mantequilla y acabada con un característico glaseado con almendras. Su proceso de elaboración, sin embargo, es uno de los más complejos de la gastronomía dulce, requiriendo tres amasados y una fermentación de aproximadamente veinte horas.
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Pocas veces sucede que conozcamos con exactitud el origen exacto de una receta. Así ocurre, sin embargo, con la colomba. Entre las distintas leyendas sobre su origen, una narra que durante el asedio de Pavía por el rey Alboin, entre los años 773 y 774, un comerciante ofreció al monarca un pastel en forma de paloma como gesto de paz. Aunque hay mitos y leyendas como este que miran hacia antiguas guerras y reconciliaciones, en realidad la colomba no es más que un producto de márketing dulce y muy oportuno.
La creación de la colomba se atribuye a la casa Motta de Milán, reconocida por sus panetones navideños. En los años 30 esta panadería italiana buscaba aprovechar la popularidad y producción del panettone para crear un producto apropiado para la Semana Santa y así darle salida a su costosa maquinaria durante el resto del año. Para conseguirlo, contrataron los servicios de Dino Villani, publicista italiano de renombre.
Villani ya había colaborado en la popularización de otros productos italianos tradicionales; lo hizo con el propio panettone, pues Villani tuvo la idea de premiar a los ganadores de etapa del Giro de Italia con un panettone de 12 kg y posteriormente, para impulsar las exportaciones, replicó la misma iniciativa en el Tour de Francia. Mago del marketing y de la publicidad, logró incluso, en nombre de la Asociación de Perfumistas, traer a Italia el Día de la Madre y el Día de San Valentín.
En 1934, la empresa Motta lo contrató como director publicitario y, así, Villani tuvo su brillante idea: crear un postre con la misma base que el panettone que se consumiese en otros momentos del año. Así surgió la Colomba di Pasqua, que vendió como “Il dolce de la Pasqua e della primavera”, un postre que se popularizó rápidamente por el resto de Italia y llegó, décadas después, a las pastelerías españolas.