El bocadillo puede ser uno de los mejores inventos de la historia de la gastronomía. Dentro de dos piezas de pan de tamaño similar podemos colocar o untar casi cualquier alimento que se nos ocurra, dando como resultado un plato facilísimo, rico y fácil de transportar que tiene sus propias versiones en casi todos los rincones del mundo. España está repleta de recetas de bocadillos de cientos de sabores diferentes: desde el de calamares en Madrid hasta el campero en Málaga, pasando por el Blanco y Negro valenciano y el clásico de jamón serrano en cualquier lugar del país.
En la isla de Gran Canaria tienen su propio emblema en forma de bocata, un montado desconocido en la península, pero que atrae a cientos de personas cada día en la isla. Este bocadillo tiene un ingrediente como único y principal protagonista: la pata de cerdo asada, que a veces se acompaña de queso o de un poco de alioli.
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Existe una unanimidad absoluta en que el lugar donde probar el mejor bocadillo de pata es la cafetería Yazmina, un humilde bar situado en la ciudad de Telde (Gran Canaria). Lo más curioso de este bar es que, desde que abriera sus puertas en 1986, sirven un único bocadillo, y ese bocadillo es toda una leyenda. 38 años después de su apertura, esta cafetería sigue siendo todo un referente en la isla, un lugar que sus parroquianos habituales visitan principalmente por un único plato: el bocadillo de pata (jamón de cerdo asado), con o sin queso blanco (queso fresco local), que es la única variación que uno encuentra en su oferta.
Para preparar este bocadillo, los cocineros de Yazmina comienzan a cocinar las patas de cerdo la noche anterior, ya que las dejan cocinando durante 12 horas a fuego lento en sus hornos de piedra, un proceso que dura toda una noche. Al día siguiente los van sacando del horno uno a uno, dejando que se enfríen ligeramente y cortando lonchas a una velocidad récord. Una vez hecho esto, solo queda colocarlas entre dos rebanadas de buen pan de hogaza, añadiendo como opción el delicioso queso tierno y un trozo de alioli.
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Este mismo proceso puede llegar a repetirse hasta 800 veces, el número de bocadillos de pata que pueden llegar a vender en este pequeño local. La cafetería Yazmina cuenta con una barra en forma de ‘L’, donde tienen cabida aproximadamente unas 20 personas, y unas cuantas mesas pequeñas para sentarse a disfrutar de un café, un zumo y un bocadillo. Además, este bar cuenta con una pequeña terraza para disfrutar del bocadillo al aire libre. En la puerta, se forma una cola de varias personas, esperando su turno para sentarse a disfrutar de la especialidad de la casa.
Hasta el año 2018, el propietario de este local era el carismático Kiko, un personaje conocido por todos y reconocible por su manía de echar al comensal con el último trozo de bocadillo aún en la boca para hacerle hueco al siguiente. La esencia del lugar sigue intacta a pesar del cambio de propietario que ha tenido el local; en 2018 Kiko decidió ceder el testigo y la gerencia fue recogida por Juan Ignacio Huertas.