Con las nuevas modas gastronómicas, nacen recetas originales que todos queremos probar en casa. Pero siempre quedan, de fondo, esos míticos platos caseros, los que comíamos en casa de nuestros abuelos pero no llegamos a ver en la carta de ningún restaurante moderno. Se vienen a la cabeza muchos ejemplos de este tipo de recetas, clásicos sencillos que no querríamos que desaparecieran jamás.
Un buen ejemplo de ello son los filetes rusos, un clásico de la cocina casera de nuestras pasadas generaciones, conllevan una receta muy sencilla y rápida. No se deben confundir estos filetes de carne con la clásica hamburguesa, esa que nos comemos entre dos panes, con lechuga, tomate y queso. Aunque ambos están elaborados con carne picada, el filete ruso lleva otros ingredientes como pan rallado, harina, ajo, miga de pan y leche. También es habitual incorporar huevo, perejil picado, sal y pimienta. Por el contrario, las hamburguesas caseras no llevan pan ni ajo, aunque pueden llevar harina y pan rallado como su versión rusa.
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El reconocido chef Dabiz Muñoz, galardonado como el mejor chef del mundo, ha compartido su propia e innovadora versión de los filetes rusos, diseñada especialmente para su hija Laia, demostrando su habilidad no solo en la alta cocina con su restaurante DiverXO, sino también en la preparación de platos cotidianos ideales para el día a día.
A través de sus redes sociales, el chef ha compartido esta receta, con la que nos ha revelado su secreto culinario para lograr una jugosidad excepcional en su versión de los filetes rusos. En este caso, el cocinero no los ha elaborado con carne de cerdo ni ternera, sino a partir de filetes de pollo, una carne más saludable que conseguirá una receta equilibrada aunque jugosa y llena de sabor.
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La receta consiste en picar finamente el solomillo de pollo y mezclarlo con especias como orégano, nuez moscada y ajo en polvo. El ingrediente que diferencia a esta receta es la miga de pan (sin sal ni azúcar), humedecida en leche de avena, lo que otorga a los filetes una textura suave y mullida, similar a la de una hamburguesa. Este método no solo enriquece el sabor, sino que también asegura que la carne se deshaga fácilmente en la boca, optimizando la experiencia gastronómica para comensales de todas las edades.
El origen de los filetes rusos
Aunque, en ocasiones, los nombres de ciertas recetas no se corresponden con su verdadero lugar de nacimiento, en el caso de los filetes rusos sí tienen su origen en la gastronomía rusa, muy influenciada en su día por la alta cocina francesa. Esto se debe a que, durante épocas del siglo XIX, las cocinas de los nobles rusos estuvieron dirigidas por reconocidos chefs galos, quienes crearon diversas recetas de fusión ruso-francesa que han perdurado hasta nuestros días.
En concreto, el filete ruso procede del bitok, una preparación con forma oval o redonda hecha a base de carne picada de vacuno, mantequilla y miga de pan, enharinada, frita y servida con una salsa de nata agria. Desde Rusia, los bitoques se expandieron por toda Europa, llegando a España a principios del siglo XX y entrando de lleno en nuestra gastronomía casera con el nombre de ‘filetes a la rusa’ o ‘chuletas rusas’.