Si vas a Málaga y quieres disfrutar de un buen desayuno, no pidas churros; pide tejeringos. Esta masa de harina frita y dulce se suele acompañar de café o chocolate caliente y es la versión malagueña de los clásicos churros o porras que se disfrutan en el resto de España. Su curioso nombre viene la jeringa que se utiliza para su elaboración, un émbolo gigante que se usa para lanzar la masa al aceite hirviendo de forma manual.
Como tantas otras ‘frutas de sartén’, los tejeringos son otro de los postres clásicos que rodean el Mediterráneo. El lugar y momento de su nacimiento, como el de los churros, son inciertos, aunque la teoría más probable es que ambos tienen su origen en el mundo árabe. En el siglo XIX, la jeringa ya se utilizaba para moldear y dosificar masas, y en la campiña andaluza había incluso un oficio vinculado con su uso: el de ‘jeringuera’. El tejeringo es, por lo tanto, el churro de jeringa, al que se le da una forma circular para poder ensartarlo en un junco que luego se anudaba para dárselo al cliente.
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Lo que es seguro es que la tradición de los churros tejeringos en Málaga se remonta a la década de los 60. Esta variedad de churro malagueño tiene una masa mucho más consistente que la de los churros tradicionales, lo que suponía una ventaja para las familias más pobres de la época, pues les permitía saciarse antes con una menor cantidad. A pesar de que esta receta estuvo cerca de la desaparición, son varios los comercios y churrerías malagueñas que han decidido recuperarla y renovarla para darle una nueva vida. Ejemplo de ello es la cafetería Tejeringo’s Coffee, una franquicia que ha llevado este producto por bandera conquistando incluso otras ciudades andaluzas.
Los tejeringos se caracterizan por su curiosa forma circular acabada en un lazo, lo que desde sus inicios facilitaba su transporte. Para ello, se introducía el aro del churro en ramas de juncos. De esta forma también se ahorraba en papel a la hora de servirlos. Esta forma tan reconocible hace que su elaboración sea totalmente artesanal, ya que deben dibujarse a mano. Su masa ha de estar siempre fresca, por lo que no se puede congelar como sí puede hacerse con los churros o las porras.
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Receta de tejeringos
Tiempo de elaboración: 1 hora
Raciones: 6 personas
Ingredientes:
- 500 g de harina de fuerza
- 600 ml de agua templada
- 25 g de levadura fresca de panadero
- 1 cucharada de sal
- Aceite de girasol o aceite de oliva suave para freír
Elaboración:
- Colocamos la harina en un recipiente amplio y añadimos la levadura desmenuzándola con los dedos.
- Calentamos el agua hasta que esté templada, no caliente del todo. Vamos incorporándola poco a poco a la harina mientras removemos formando una masa. Cuando la masa se haya formado, añadimos una cucharada de sal.
- Tapamos la masa con un paño húmedo de cocina durante 20 minutos.
- Calentamos el aceite en una sartén amplia y profunda. Cuando esté caliente, introducimos la masa en nuestra jeringa o en una la manga pastelera.
- Con la jeringa, vertemos los tejeringos en el aceite dándole forma circular. Cuando estén dorados, les damos la vuelta para que se hagan por el otro lado.
- Una vez dorados, retiramos del aceite y los colocamos sobre papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.