El motivo psicológico por el que no recuerdas si cerraste la puerta cuando realmente sí lo hiciste

Si este comportamiento se repite con frecuencia, podemos estar ante un caso de TOC

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Una mujer cierra la puerta de su casa (Shutterstock)
Una mujer cierra la puerta de su casa (Shutterstock)

¿He cerrado la puerta de casa? ¿He apagado el gas de la cocina? ¿Habré dejado alguna luz encendida? En muchas ocasiones, aparecen estas preguntas que nos provocan cierta inseguridad y, a veces, nos obligan volver a casa a comprobar que todo está en orden. Las prisas con las que vivimos nos empujan a plantearnos estas cuestiones y es normal; el problema se presenta cuando dudamos de forma repetida si hemos cerrado la puerta al salir.

Un estudio publicado en la Journal of Obsessive-Compulsive and Related Disorders por investigadores de la Universidad Concordia en Montreal (Canadá) sugiere que el trasfondo de esto es un miedo a perder el control, que a su vez se relaciona con trastornos de ansiedad, incluido el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). De ser así, esto podría ayudar a muchas personas a reducir estos comportamientos y tratar su posible TOC.

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Los autores Adam Radomsky y Jean-Philippe Gagné reclutaron a 133 estudiantes de pregrado y les sometieron a diferentes tipos de informaciones y pruebas para comprobar su capacidad de control. Aquellos que estaban convencidos de que no podrían controlar sus acciones, resultaron ser más meticulosos y perfeccionistas que el resto. Sin embargo, ninguno de los participantes que tenían miedo a no poder controlar sus acciones reconocían sufrir TOC, lo que podría ser uno de los primeros síntomas del trastorno de ansiedad.

Mujer con TOC (Shutterstock)
Mujer con TOC (Shutterstock)

¿Qué es el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)?

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones que interfieren significativamente en la vida cotidiana del individuo. Las obsesiones son pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que son experimentados, en algún momento durante el trastorno, como intrusivos e inapropiados y que causan ansiedad o malestar significativos. Las compulsiones, por otro lado, son comportamientos repetitivos (como lavarse las manos, ordenar o comprobar cosas) o actos mentales (como contar o repetir palabras en silencio) que la persona se siente impulsada a realizar en respuesta a una obsesión o según reglas que debe aplicar estrictamente.

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El diagnóstico del TOC se basa en la evaluación clínica de la persona. Las entrevistas y los cuestionarios estandarizados pueden ser herramientas útiles para determinar la presencia y severidad de las obsesiones y compulsiones. Es crucial diferenciar el TOC de otros trastornos que también involucran comportamientos repetitivos o pensamientos intrusivos, como el espectro de trastornos de ansiedad, los trastornos del espectro autista o el trastorno de acumulación.

El tratamiento del TOC generalmente incluye una combinación de terapia cognitivo-conductual (TCC) y medicación. La TCC, y más específicamente la exposición con prevención de respuesta (ERP), ha demostrado ser particularmente efectiva. Esta técnica implica la exposición gradual a la situación o al pensamiento que desencadena las obsesiones, aprendiendo a resistir la urgencia de llevar a cabo la compulsión. En cuanto a la medicación, los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son comúnmente prescritos y han demostrado ser efectivos en el manejo de los síntomas en muchos pacientes.

La presencia del TOC en España

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre el 2 y el 3% de la población general, un problema que comienza a ser de salud pública. Según los últimos datos aportados por Sanidad, los casos de TOC han aumentado hasta un 30% tras la pandemia. En España, alrededor de 1.750.000 personas sufren TOC.

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