Ponzano sigue siendo uno de los destinos preferidos de los madrileños para disfrutar de un aperitivo, un tardeo o una cena de picoteo. Esta pequeña calle de un kilómetro y un solo sentido, en pleno barrio de Chamberí, lleva muchos años siendo el lugar de moda de la capital para ir de cañas.
En sus calles se unen los bares, tascas y restaurantes tradicionales con décadas de historia con nuevos espacios gastronómicos con apuestas modernas y novedosas. En total, hay unos 50 establecimientos en toda la calle; tabernas, cervecerías, hamburgueserías, bocadillerías e incluso opciones con estrella Michelin.
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Incluso los chefs y cocineros de mayor renombre tienen sus favoritos en esta zona madrileña. Así lo demuestra David de Jorge, más conocido como Robin Food, en su último libro En un paraguayo cabe el Amazonas (Editorial Debate). En él, el cocinero vasco reúne algunas de sus recomendaciones gastronómicas, entre las que se encuentra una de esas tabernas clásicas de las que casi todo madrileño ha oído hablar. Se trata del bar El Doble, considerada como una de las mejores cervecerías de Madrid, cuyo interior conserva el sabor auténtico de las tabernas madrileñas, con su gran barra y sus azulejos decorados de la fachada y en su interior.
Abierto en 1987, este bar probablemente la esquina más famosa y vistosa de toda la calle Ponzano, gracias a una pared llena de azulejos amarillos y azules de Talavera y a unas paredes interiores decoradas con decenas de fotos de clientes famosos: desde políticos como Isabel Díaz Ayuso hasta cantantes, actores, cocineros como Jordi Roca o Jordi Cruz hasta miembros de la realeza como Froilán o su hermana Victoria Federica.
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Ya decía Vázquez Montalbán, en voz del detective Pepe Carvalho, que las cañas de este apretado local eran las mejor tiradas de la zona, y que eran reputadas por su densa telera de espuma. “Además de birra, reina también el aristocrático vermú y esa fachada alicatada con vistosa cerámica, decorado de ensueño para los que fotografían enfermizamente con el teléfono”, explica el cocinero en su libro.
Por dentro, El Doble tiene la estética y forma de servir del típico bar ‘de toda la vida’, con barra de aluminio y azulejos escritos con los precios de las tapas que acompañan a su famosa cerveza, bien tirada en un vaso “doble” que ya augura el nombre del local, tirada siguiendo el ‘sistema antiguo’ como reza el cartel de su fachada.
De entre su variedad de sabrosas tapas, destacan sus patatas fritas a la inglesa, las gambas cocidas o al ajillo, una de sus especialidades y los embutidos (especialmente jamón, morcón, salchichón y lomo). Además, es un lugar perfecto para degustar buen marisco fresco o en conserva: anchoa, boquerón, hueva de merluza, mejillón en escabeche…
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