El síndrome de Raynaud es una condición que afecta el flujo sanguíneo a ciertas partes del cuerpo, usualmente los dedos de las manos y de los pies, aunque en ocasiones puede afectar también a otras áreas como la nariz, orejas y labios. Este padecimiento es caracterizado por episodios o “ataques” en los que los vasos sanguíneos de las áreas afectadas se estrechan repentinamente, lo que se denomina como vasoconstricción.
Un ataque de Raynaud por lo general se desencadena por la exposición al frío o por el estrés emocional. Durante un episodio, la persona percibe un cambio de coloración en la zona afectada que sigue un patrón tricromático: primero palidez o blanco debido a la falta de flujo sanguíneo, seguido de un tinte azulado (cianosis) porque la sangre que permanece en los tejidos pierde oxígeno, y finalmente, cuando se restablece la circulación, se presenta un enrojecimiento (rubor) acompañado a menudo de dolor palpitante o hinchazón.
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El síndrome de Raynaud puede presentarse de dos formas: primario y secundario. El primario, conocido como enfermedad de Raynaud, es la forma más común y generalmente es benigno. Según la Clínica Mayo, este tipo no está asociado con otra enfermedad y es menos severo. El Raynaud secundario, o fenómeno de Raynaud, es menos frecuente pero puede ser un signo de problemas médicos más serios, como esclerodermia o lupus, y puede conllevar a complicaciones graves en la piel y los tejidos de las extremidades afectadas.
Tratamiento y diagnóstico del síndrome de Raynaud
En lo que respecta al tratamiento, no existe una cura definitiva para el síndrome de Raynaud, pero se pueden tomar medidas para controlar los síntomas y reducir la cantidad y severidad de los ataques. Los tratamientos recomendados por profesionales de la salud generalmente se centran en cambiar el estilo de vida y, en casos más severos, pueden incluir medicamentos. Algunas medidas son: mantener calientes las extremidades, evitar el estrés y los estímulos que desencadenan los ataques, dejar de fumar y practicar técnicas de relajación.
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Según el National Institute of Arthritis and Musculoskeletal and Skin Diseases (NIAMS), los medicamentos que pueden ayudar a tratar el fenómeno de Raynaud incluyen bloqueadores de los canales de calcio, que ayudan a dilatar los vasos sanguíneos, y en casos más severos, pueden utilizarse medicamentos que dilatan los vasos sanguíneos y mejoran la circulación, como los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, antagonistas del receptor de la angiotensina II, y vasodilatadores tópicos.
El diagnóstico del síndrome de Raynaud generalmente se realiza con la ayuda de una historia clínica detallada y un examen físico. En algunos casos, se puede realizar una prueba llamada capilaroscopía de lecho ungueal, que evalúa los capilares (pequeños vasos sanguíneos) en la base de la uña bajo un microscopio, para buscar anomalías que son más comunes en el fenómeno de Raynaud secundario. Además, un análisis de sangre puede ayudar a identificar otras enfermedades conectivas que podrían estar relacionadas con el Raynaud secundario.