¿Dónde nació el roscón de Reyes? La historia del origen pagano de esta dulce tradición navideña

Sin relleno, de crema, de nata o, para los más golosos, relleno de chocolate. El roscón de Reyes es una de las tradiciones gastronómicas más arraigadas en España, una tradición con la que ponemos punto final a las Navidades rodeados de familia y amigos el día 6 de enero.

El roscón de Reyes es un dulce tradicional que consiste en un bollo con aromas a naranja y a agua de azahar, cubierto fruta escarchada y que oculta alguna sorpresa en su interior. A pesar de su enorme fama -tanto que, cada año, se calcula que los españoles consumen alrededor de 30 millones de roscones de Reyes en estas fechas-, no todo el mundo conoce su origen.

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A la espera de que lleguen las ofrendas con las que nos sorprenderán este año Sus Majestades, echamos la vista atrás para conocer de dónde procede la tradición y cómo llegó a nosotros. A día de hoy, el roscón de Reyes celebra el día de la Epifanía del Señor, que etimológica y religiosamente alude a la ‘manifestación’ de Jesucristo en el mundo y, en este caso, su revelación a los Reyes de Oriente.

No obstante, su origen poco tiene que ver con la tradición religiosa, de hecho tiene que ver con una celebración pagana. La historia del roscón de Reyes se remonta a los romanos, concretamente a la celebración de Las Saturnales, también conocida como la Fiesta de los Esclavos. Esta festividad se celebraba en diciembre con el objetivo de conmemorar el nacimiento de un nuevo período de luz y el final del duro trabajo en el campo.

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Durante esa época del año se comenzaron a elaborar unas tortas de forma redonda que se repartían entre los esclavos como regalo por el trabajo bien hecho. Entonces, estas tortas se elaboraban con ingredientes como los dátiles, los higos o la miel. Más adelante, según está recogido durante el siglo III, se introdujo la tradición de esconder en el rosco un haba seca. Esta legumbre era un símbolo de prosperidad y el afortunado que la encontraba era nombrado ‘rey de reyes’. Este premio, destinado a los esclavos, otorgaba al ganador el privilegio de quedar libre durante los días de celebración de Las Saturnales.

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En el siglo IV, cuando la Iglesia convirtió estas fiestas en celebraciones cristianas, la historia del roscón de Reyes quedó en el olvido. Se ha especulado mucho con la fecha en la que se vinculó a la celebración cristiana de la Epifanía del Señor. Lo que sí que está claro es que, según recoge el historiador Julio Caro Baroja en su obra El Carnaval, hay menciones al roscón ya en dos testimonios del siglo XII.

Uno de ellos corresponde al Reino de Navarra, que en el año 1361 designaba ‘Rey del Faba’ al niño que encontraba el haba en la masa del dulce. El segundo alude a Ibn Quzman, poeta andalusí, que en su Cancionero describe una tradición similar con una torta en cuyo interior había monedas de oro.

También en Francia se celebraban festividades similares, bajo el nombre de Le Roi de Fave (el rey del haba). Entonces, los niños eran los protagonistas y quien encontraba el haba era agasajado con regalos. El rey Luis XV dio el empujón definitivo a esta tradición, escondiendo una moneda dentro y extendiéndolo entre la corte. Su tío Felipe V asentó esta costumbre en España, convirtiéndose así en una fiesta popular y asociándose a la tradición de los regalos.