Este Fin de Año, las uvas son sin pepita (Pexels) 12 campanadas y 12 uvas. En esos primeros segundos del año, todos los españoles a una, comemos nuestras uvas de la suerte en aras de un próspero año nuevo. Esta tradición, con una curiosa y debatida historia de nacimiento, lleva un siglo acompañándonos cada 31 de diciembre. Y, aunque el acto de echarse 12 uvas a la boca y masticarlas apresurado no cambia, hay otras cosas que sí lo hacen.
La uva, conocida en el ámbito científico como Vitis vinifera, es el fruto de la vid. Hay un gran número de variedades de uvas disponibles para el consumo, que se distinguen por el color del grano (uva blanca o tinta) o por su uso (uva de mesa, de piel más fina o para elaborar vino). Es una fruta dulce, pequeña y jugosa que, en su forma primaria, se recubre por una piel y cuenta con una pepita en su interior. Hablamos de su forma primaria porque, como si de bolsos o vídeos de TikTok se trataran, las uvas también sufren las modas y las tendencias, algo que sale a relucir, más que nunca, el último día del año.
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Para despedir el año con las doce campanadas, los consumidores prefieren la comodidad de las uvas sin pepitas. En total, el 70 % de los consumidores optan por este tipo de producto, según los datos que maneja el presidente de la asociación de productores, aunque en Asomafrut aclaran que la uva aledo “sigue siendo la preferida”. Esta tendencia ha crecido en los últimos tiempos, ya que hace apenas unos cinco años eran cinco de cada diez los consumidores que optaban por este tipo de producto.
Pero, ¿cómo se consiguen estas uvas sin semilla? La respuesta nada tiene que ver con el mundo de lo transgénico. Las uvas sin pepitas no son transgénicas ni tienen modificación genética alguna. Estas variaciones se consiguen mediante hibridaciones: se seleccionan las variedades y especies que más interesan por sus características, en este caso su ausencia de pepita, y se mezclan entre ellas. El objetivo es conseguir que la descendencia de estas hibridaciones tenga las ventajas de sus dos progenitoras que, en este caso, es la de no tener semillas.
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Uvas de California y Peruanas a 120 y 160 pesos el kilo en Mercados Públicos de la Capital. (Foto: Victoria Valtierra/CUARTOSCURO.COM) En cuanto al valor nutricional de este tipo de frutas sin semilla, poco hay que decir. El hecho de que una fruta no tenga semillas apenas afecta a su nivel nutricional. No hay diferencias nutricionales demostradas entre una fruta con semillas y otra que no tiene: poseen el mismo valor nutricional y aportan prácticamente los mismos nutrientes.
Si por algo ha estado marcado este 2023 ha sido por la inflación, una subida de los precios también ha llegado a tradiciones como esta, haciendo que la famosa ‘uva de la suerte’ sea ahora más cara que nunca. Como denunciaba recientemente la organización FACUA, el precio de las uvas en los supermercados e hipermercados españoles se ha incrementado hasta un 227% en los dos últimos meses, según un análisis de precios realizado a lo largo de todo el año en ocho grandes supermercados e hipermercados del país.
En Aldi, el paquete de 500 gramos de uvas sin pepitas marca El Mercado estaba en octubre en oferta a 1,19 gramos, en noviembre su precio aumentó a los 3,19 euros, mientras que este mes de diciembre ha vuelto a subir hasta los 3,89 euros. El encarecimiento de este producto en esta cadena alemana ha sido del 227% en apenas dos meses.
En Alcampo, la bandeja de uva blanca sin pepitas de 500 gramos estaba a 1,79 euros en octubre, mientras que en noviembre subió a 1,92 y en diciembre hasta los 3,00 euros, el 67%, y en Mercadona la subida en este mismo periodo ha sido del 56 % (de 1,75 a 2,73 euros); en Eroski del 56,3% (de 1,74 a 2,72 euros) y en Lidl del 53,7 % (de 1,69 en octubre a 2,69 euros en diciembre). En Carrefour, por su parte, este mismo paquete de uvas estaba a 1,84 euros en octubre, subió a 2,25 en noviembre hasta alcanzar los 2,65 euros en diciembre (incremento del 44%).
Según teorías, el ritual de las 12 uvas surgiría como parodia de las celebraciones de la alta sociedad en la Puerta del Sol. (Andina) Esta subida ha tenido lugar un año más, a pesar de que, al igual que el resto de frutas y otros alimentos básicos, las uvas tienen actualmente el IVA rebajado del 4 al 0%. Es por ello que Facua ha vuelto a pedir al Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 que abra una investigación para determinar si las grandes cadenas de distribución están vulnerando la ley al aplicar subidas de precios a alimentos afectados por la rebaja del IVA como es el caso de las uvas.
El encarecimiento no solo se ha dado en comparación con los meses anteriores. Aunque esta tendencia a la alza en las semanas previas a Año Nuevo se repite año tras año, en 2023 la subida aún se notará más. De hecho, como confirma la agencia EFE, las uvas de la suerte este año son un 20% más caras que el anterior.
Los productores y la distribución consultados por la Agencia EFE coinciden en que el precio de la uva se ha encarecido este año para Nochevieja. Fuentes de Asomafrut cifran en hasta un 20 % la subida del precio en la uva en “líneas generales” para esta fecha; por su parte, la directora comercial y de Marketing de la empresa alicantina Uvasdoce, Miriam Cutillas, ha indicado que la uva sin semilla está “más cara que el año pasado”, incluso “doblando el precio” del 2022 en el caso de la aledo.
La subida se entiende por muchos y muy diversos factores, siendo la baja cosecha y las dificultades asociadas a la sequía una de ellas. Por ejemplo, en Vinalopó (Alicante), los productores de uva de mesa embolsada han tenido este año una cosecha inferior a la de 2022, entre un 10 % y un 25 %, según la variedad y la zona.
También así lo confirmaba el presidente de la Asociación de Productores Exportadores de Frutas, Uva de Mesa y Otros Productos Agrarios (Apoexpa), Joaquín Gómez, que destacaba que “en España no queda prácticamente uva” y sostenía que los efectos adversos del clima y la situación relacionada con la “logística de los barcos a nivel mundial” ha provocado que actualmente haya menos oferta de uva que en otros años. Perú es uno de los países de los que más uvas importamos en España.