Por qué nunca deberías tirar las pepitas de las uvas: estos son los beneficios para la salud

Pese a que son semillas diminutas, encierran en ellas una potencial fuente de nutrientes

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Racimos de uvas (Michael Balam)
Racimos de uvas (Michael Balam)

Las pepitas de las uvas, esas semillas que solemos desechar al consumir esta fruta, encierran un potencial nutricional que no debe ser subestimado. Lejos de ser perjudiciales, los estudios indican que ingerir estas semillas puede tener efectos beneficiosos para la salud, especialmente en lo que respecta al sistema cardiovascular y al fortalecimiento del sistema inmunológico.

El corazón y los vasos sanguíneos podrían ser los principales beneficiarios de las propiedades de las semillas de uva. Estas semillas poseen una rica concentración de antioxidantes, entre los que se encuentran los polifenoles, conocidos por su capacidad para prevenir enfermedades cardiovasculares. Así, los antioxidantes desempeñan un papel esencial en la lucha contra el estrés oxidativo, que es uno de los factores que contribuyen a la formación de la placa arterial y, por consiguiente, al desarrollo de afecciones del corazón.

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Estos polifenoles, junto con otros nutrientes presentes en las semillas de uva como las vitaminas C y E y los betacarotenos, también promueven una mejor circulación sanguínea. Al contribuir a la dilatación de los vasos sanguíneos y evitar la formación de coágulos, pueden ayudar a mantener un flujo sanguíneo saludable, lo que a su vez puede reducir la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular en general.

Una tabla de uvas (Cardamomo)
Una tabla de uvas (Cardamomo)

Por otro lado, el sistema inmunológico también se ve favorecido por la ingesta de semillas de uva, puesto que también contienen vitamina C y E. La vitamina C es conocida por favorecer la inmunidad, mientras que la vitamina E es crucial en la protección de las células del cuerpo contra el daño oxidativo. En conjunto, estos nutrientes fortalecen la respuesta inmunitaria del cuerpo frente a agentes patógenos como virus y bacterias.

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En lo que respecta al envejecimiento, las semillas de uva podrían tener un papel relevante en su prevención gracias a su acción antioxidante. Estos antioxidantes neutralizan los radicales libres, que son agentes dañinos que causan el deterioro celular y son responsables del envejecimiento prematuro. Al consumir semillas de uva, se podría ayudar a mantener una apariencia más juvenil y una mejor salud celular.

Además de los beneficios ya mencionados, las semillas de uva aportan fibra al organismo, por lo que también contribuye en la digestión y la salud intestinal. Asimismo, pueden tener efectos positivos en la piel, ya que los compuestos fenólicos que contienen tienen propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes, lo que podría ayudar en la salud dermatológica.

El Dr López Rosetti nos cuenta la importancia de consumir frutas y verduras.

Por todo ello, las semillas de uva son mucho más que un simple subproducto del consumo de esta fruta. Con un perfil nutricional que ofrece múltiples beneficios para la salud, especialmente en el ámbito cardiovascular y en el fortalecimiento del sistema inmunológico, vale la pena considerar su inclusión en una dieta equilibrada y saludable. Además, su potencial antioxidante y su contribución a una mejor circulación y a la prevención del envejecimiento prematuro son razones suficientes para reflexionar antes de desechar estas pequeñas pero potentes fuentes de bienestar.

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