Las infusiones son bebidas preparadas a partir de hierbas seleccionadas que, por sus propiedades naturales, favorecen la digestión y alivian molestias estomacales, como la hinchazón, los ardores, los gases, el dolor abdominal, la pesadez, el estreñimiento, los cólicos... Y es que gran parte de estas infusiones poseen propiedades digestivas y depurativas que nos ayudan a reducir el malestar, eliminar las toxinas de nuestro cuerpo y regular el tránsito intestinal.
Por otra parte, muchos problemas de peso tienen que ver con un tránsito intestinal anormal, porque puede estar perjudicando el metabolismo. Las siguientes ocho infusiones naturales cuidan de nuestro intestino y evitan el estreñimiento, entre otros beneficios:
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- Manzanilla. Es la hierba natural más habitual para tratar los problemas gastrointestinales gracias a su efecto antiinflamatorio y antiespasmódicos. Es eficaz frente a náuseas, vómitos, gastritis, úlceras o cólicos y está especialmente recomendada para el colon irritable, debido a que aporta una sensación de bienestar muy rápida calmando los molestos ardores y mejorando el tránsito intestinal. Puede hervirse y tomarse sola, pero si se mezcla con anís, su efecto será mucho más eficaz.
- Anís. Combate estupendamente afecciones como la gastritis, los cólicos, las flatulencias e incluso la halitosis, tanto el anís estrellado como el verde. Además de abrir el apetito, combina con otro tipo de hierbas y su sabor dulce atrae hasta a los niños.
- Jengibre. Es el mejor antiinflamatorio para evitar la pesadez de estómago que sentimos tras las comidas copiosas. Además, gracias a su capacidad de incrementar el flujo sanguíneo nos ayuda a absorber mejor los nutrientes. Por otra parte, el jengibre tiene propiedades tonificantes y sedantes. La raíz del jengibre puede cocerse raíz de jengibre junto con una rodaja de limón y agregar un poco de miel para atenuar su intenso sabor. Se recomienda beber el té de jengibre con una bebida vegetal, ya que suelen ser más digestivas que la leche de origen animal.
- Regaliz. Es ideal si sufrimos frecuentemente de dolores de estómago. Ayuda a aliviar las molestias en casos de acidez, gastritis, dolor intestinal, ardores o estreñimiento. Además, puede prescribirse para tratar casos de colitis ulcerosa, hipercolesterolemia, la enfermedad de Crohn y para mejorar la circulación. Gracias a su sabor dulce y refrescante, puede tomarse sola, pero también es muy común su mezcla con anís y menta.
- Menta. Ayuda a sintetizar las grasas y reducir los gases, por lo que se le asocian propiedades antivomitivas. Puede tomarse sola, con té verde o con una rodaja de limón o lima.
- Hinojo. Es una planta diurética y digestiva que ayuda a disminuir los gases. Es recomendable después de comidas que hemos tomado muy rápido. Se consume en infusión o echando sus hojas frescas en la comida.
- Alcachofera. Al igual que la menta, facilita la digestión de las grasas gracias a su cinarina, una sustancia que estimula la producción de bilis en el hígado. Es aconsejable tomarla en infusión en casos de pesadez de estómago, ardores, gases y estreñimiento. Además, su efecto saciante y depurativo hace que sea una planta perfecta para bajar de peso y expulsar toxinas.
- Boldo. Alivia el estreñimiento porque actúa como laxante. Modifica las propiedades fisicoquímicas de la bilis para disminuir el colesterol y frena la hinchazón de estómago, la acidez y combate eficazmente las afecciones del hígado.
Un buen tránsito intestinal es esencial para la salud general porque facilita la eliminación eficiente de desechos y toxinas del cuerpo, lo que puede prevenir enfermedades; permite la absorción óptima de nutrientes, que son vitales para diversas funciones corporales y contribuye a un sistema inmunológico saludable, dado que gran parte de este se encuentra en el tracto gastrointestinal.
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No hay que olvidar que también puede influir positivamente en el estado de ánimo y bienestar mental, ya que existe una conexión entre el intestino y el cerebro, conocida como el eje intestino-cerebro, una vía bidireccional de comunicación entre el sistema nervioso central y el sistema gastrointestinal. Este incluye conexiones nerviosas directas, la producción de hormonas y neurotransmisores, y el sistema inmunitario.