La fabada, la sidra, el cachopo, los quesos y mariscos son piezas fundamentales de la cocina de Oviedo, la capital asturiana que, en 2024, también será capital de España. No es que la ciudad ovatense vaya a sustituir a Madrid, sino que, para 2024, Oviedo ha sido elegida Capital Española de la Gastronomía 2024, una distinción que pretende favorecer el turismo urbano a través de la cocina.
La capital del Principado de Asturias, una ciudad de poco más de 220.000 habitantes, espera aprovechar esta oportunidad para fomentar su faceta gastronómica, apoyándose en sus maravillosas sidrerías, sus restaurantes y sus pastelerías. Entre estas últimas se encuentra Camilo de Blas, un verdadero paraíso de lo dulce que cuenta ya con más de 100 años de historia a sus espaldas.
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Camilo de Blas es un local tradicional que sirve sus manjares dulces a los habitantes de Oviedo y sus visitantes desde hace más de un siglo. Aunque es una de las pastelerías más conocidas de la ciudad asturiana, en realidad el primer local de esta confitería no se encontraba en la capital gastronómica sino en León, donde fue fundada por Camilo de Blas Heras en 1876. Fue en 1914 cuando don Camilo abre un segundo establecimiento para que fuera comandado por su hijo José, esta vez sí en Oviedo, en específico en la calle Jovellanos 7, donde continúa hasta el día de hoy.
En 1929 la tienda de Oviedo sufrió uno de los mayores incendios sucedidos en un área comercial en Asturias. Fue restaurada manteniendo intacta toda su fachada, y conservando el mostrador de mármol de Carrara y sus características columnas. Desde entonces la empresa no ha parado de crecer y, en 2016, la cuarta generación familiar abrió una sucursal en Gijón.
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Esta pastelería es uno de los establecimientos más emblemáticos de la ciudad y, sin duda, el destino favorito de muchos ovetenses para disfrutar de un capricho dulce. Pero, además, esta confitería es también el ojito derecho de José Andrés, el chef de origen asturiano más famoso en la actualidad. “El desayuno aquí es increíble, este sitio merece mucho la pena”, destacaba el chef en un capítulo de la serie documental de HBO Max que lo sigue a él y a su familia en un recorrido gastronómico por España.
El afamado chef José Andrés siempre presume de su tierra, Asturias. Así, no es difícil de creer que la pastelería favorita del mundialmente conocido cocinero español quede, como no, en un rincón del Principado. “La comida asturiana es la raíz de quien soy yo, como persona y como chef”, asegura José Andrés en uno de los capítulos de la serie.
Los carbayones, un dulce típico asturiano que nació en Camilo de Blas
En esta pastelería se puede encontrar algunos de los dulces más típicos de Asturias, como los casadielles, un pastel de hojaldre, relleno de crema artesana de nuez, frito en aceite de oliva y cubierto de azúcar y canela; o las bizcoletas, un bizcocho de espuma relleno de yema y cubierto de chocolate negro. Sin embargo, sin duda alguna el producto estrella del establecimiento son los carbayones, el más representativo de Oviedo y que fue creado por esta pastelería hace casi 100 años.
La creación de este pecado gastronómico se fecha en 1924, cuando el alcalde de Oviedo encarga a José de Blas la creación de un dulce que represente a Oviedo en la Primera Feria Internacional de Muestras de Gijón. De esta manera, don José elaboró un pastel de hojaldre que bautizó como carbayón, en honor al nombre de un roble centenario (carbayu, en asturiano) y que es el gentilicio popular de los ovetenses.
Se trata de un postre con una base de hojaldre cubierta de una crema artesana de almendra Marcona, bañado en una capa de yema y terminado con un baño de azúcar que le aporta el aspecto brillante y el sabor crujiente. Hoy en día el carbayón es un dulce emblemático que se comercializa en todo el Principado y son muchos los establecimientos que han versionado la receta original de Camilo de Blas. “No es habitual poder ir a una pastelería o cualquier sitio y que puedan afirmar que han creado algo”, resalta José Andrés en el episodio de su serie.