El restaurante de Madrid con solo un plato en su carta y la salsa secreta más famosa de Europa

Imposible estresarse al mirar su carta: solo existe una opción, un solo menú con un solomillo con salsa de mantequilla secreta y una guarnición de patatas fritas caseras ilimitadas y ensalada de lechuga

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Entrecot con salsa del Café
Entrecot con salsa del Café de París (Café de París L'Entrecote)

Guisos de carne, sopa de cebolla, quesos, deliciosos pasteles hojaldrados… Hay mil razones por las que visitar París y su cocina es sin duda una de ellas. Desde los platos salados hasta los postres más suculentos, la ciudad de la luz y del amor es un destino perfecto para los amantes del buen comer. Pero no hace falta viajar hasta París para disfrutar de su cocina.

El steak frites es quizás el plato de bistró más emblemático del olimpo gastronómico francés. Este sencillo y suculento plato consta de un filete de ternera a la sartén, normalmente solomillo, tapilla o entrecot, acompañado de patatas fritas. Contundente y apetitoso, se puede encontrarse hoy en día por todo el mundo y también se puede disfrutar en Madrid, gracias a un restaurante histórico que lleva años triunfando en la capital.

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El Café de París, actualmente con dos establecimientos abiertos (en la calle Conde de Aranda y en la calle Felix Boix), ha conseguido traer hasta la capital la oferta culinaria del afamado Café de París ginebrino. Este famoso restaurante, que ya cuenta con locales en diferentes capitales del mundo, nos hace viajar hasta París, incluso aunque su origen esté en realidad en Suiza. Su decoración y ambiente, su música de fondo, sus sillones y sus carteles en francés nos harán sentirnos en plena ciudad de la luz.

Interior del Café de París
Interior del Café de París (Café de París)

Imposible estresarse al mirar su carta. Solo existe una opción a elegir, un solo menú con un plato único como protagonista: el Entrecote Café de París, un solomillo con salsa de mantequilla secreta y guarnición de patatas fritas caseras y ensalada de lechuga. No hay más. Por 27 euros, puedes disfrutar de este plato y pedir todas las patatas que quieras.

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La única variable que existe y también única decisión que tomar es el punto de la carne. Podemos pedirlo Bleu (Azul en francés) para un solomillo muy poco hecho; Saignant (Sangrante) para una corteza fina y dorada y un interior rojo intenso; A point (Al punto) para una cocción intermedia; Rose (Rosado) para un interior rosado y jugoso pero algo más cocinado; o Bien Cuit (Bien hecho) para un interior marrón y una cocción completa y uniforme.

Aunque la carne sea la principal protagonista del restaurante, en el Café de París también pueden comer aquellas personas vegetarianas o que prefieran prescindir de la carne. Existe una opción para sustituir su entrecote, una carne vegetariana que se acompaña con la misma salsa de mantequilla.

Su salsa de mantequilla secreta

Su famosa salsa tiene su origen en 1930 en el restaurante Coq d’Or de Ginebra, donde Madame Boubier, la propietaria del local, la inventó usando 24 ingredientes, para servir con su entrecot. Su receta comenzó como un secreto y ha continuado siendo un misterio hasta día de hoy. Los Boubier, que usaban su salsa para acompañar una pieza de carne de buey, enseñaron la receta a su hija, quien se casó con Arthur-François Dumont, propietario del restaurante Café de París, situado también en Ginebra. La hija de los Boubier transmitió la receta a su marido, Dumont, y de este modo, con el tiempo, la salsa fue ganando popularidad.

Entrecot con salsa de mantequilla
Entrecot con salsa de mantequilla (Café de París)

En 1942, debido al éxito obtenido con esta deliciosa receta, Arthur-François Dumont tomó la decisión de, a partir de entonces, ofrecer el entrecôte Café de Paris como único plato de su carta, acompañado de una ensalada y patatas fritas a voluntad. Ahora, esta salsa secreta acompaña a la carne en todos los restaurantes de Café de París, tanto en Ginebra como en España y en el resto de locales repartidos por el mundo. La fórmula de ensalada y patatas fritas también continua intacta hasta nuestros días.

Esta salsa tiene una base de mantequilla y, cuando se incluye a la carne recién hecha, se derrite formando una deliciosa salsa líquida. Además de la mantequilla, esta salsa está llena de sabores de especias y salsas diferentes, así como ingredientes frescos que le conceden un sabor único.

La fiesta está en el postre (y en los vinos)

Aunque solo haya un plato salado en la carta, el abanico se amplía y mucho cuando hablamos de los postres. Este restaurante ofrece a sus comensales una larga lista de deliciosos dulces, muchos de ellos de inspiración francesa, para acabar este festín con buen sabor de boca. Hojaldre de manzana con helado de vainilla, tiramisú, fluido de chocolate, crème brulée, tarta de queso o de zanahoria, profiteroles con chocolate, crepes al gusto o crèpe suzette, tabla de quesos, helado, y fruta de temporada son algunos de ellos. Todos ellos están disponibles por precios que oscilan entre los 6 y los 10 euros.

La posibilidad de elección también estará a la hora de acompañar nuestro entrecot con una copa de vino, ya que el restaurante de ginebrés cuenta con una amplia carta de caldos que incluyen opciones de todo tipo. Esta cena de ambiente parisino se puede acompañar con uno de sus generosos, con un blanco o un tinto, ya sean vinos franceses o de las mejores denominaciones de origen españolas.

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