Para los amantes de la cerveza, este bar ubicado en pleno centro de Madrid puede convertirse en un verdadero templo. En la zona de Tribunal, cerca de la concurrida calle Fuencarral se encuentra Bar Hop, un local donde este delicioso líquido fermentado a base de cereales. Basado en el autoservicio, este bar madrileño es el paraíso de los cerveceros, un lugar ideal para una quedada entre amigos rodeada de jarras de cerveza y deliciosos platos de cocina internacional.
El local cuenta con una enorme barra con 16 grifos: 14 de cervezas artesanales de diferentes partes del mundo, uno de sidra y un último de tinto de verano. Bar Hop funciona con el autoservicio, por lo que tú mismo elegirás qué cerveza quieres probar y cuántos centilitros de cada una quieres catar ese día. Al lado de cada grifo encontramos una pequeña pantalla donde podremos leer toda la información sobre cada una de las cervezas del local: el porcentaje de alcohol, el nivel de amargor y el precio por centilitro, así como el origen, aroma, apariencia y sabor de cada una de las opciones.
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Una vez elegida la cerveza que querremos probar, pulsamos la pantalla táctil para que el grifo expulse este preciado líquido dorado y nos serviremos la cantidad que prefiramos. La gracia es probar muchos tipos de cerveza diferente, por lo que es común rellenar solo unos cuantos centilitros de cada variedad. Sin embargo, también podemos llenar una pinta entera de nuestra cerveza artesanal preferida.
¿Y cómo se paga? Además de autoservicio, esta cervecería tiene autocobro: apenas llegamos al local, el encargado hace al visitante entrega de una tarjeta para recargar con dinero. Así, por cada centilitro de cerveza, la cantidad asignada se va descontando del total. La tarjeta se puede rellenar con 5 euros o hasta 50, para ir gastando en cada uno de los grifos de cerveza de su barra.
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La oferta de cervezas artesanales es amplia y recoge opciones de todas partes del mundo: desde cervezas belgas como la N’ice Chouffe , por 0,18 euros el centilitro, hasta alemanas como la Köstritzer, por 0,14 e el cdentrilitro en su formato Radler. Pensado para hacer una cata de cervezas de diferente origen, sabor y aromas, el bar cambia las variedades cada 15 días, sustituyendo las cervezas por otras distintas para que incluso los clientes habituales puedan probar cosas nuevas. Para quienes no disfrutan de la cerveza, el local cuenta con sidra y vino.
Para acompañar, raciones y burgers
Aunque el planazo principal en este bar es disfrutar de las cervezas y probar las que más nos gusten, nunca está de más una ración o plato para compartir para acompañar nuestras jarras. De su carta, formada por platos de cocina internacional, podemos elegir uno de sus entrantes, que van desde tequeños de queso y de cachapa, baos de costilla, tacos de cochinita o de pollo o diferentes patatas con salsas y toppings.
Si preferimos un plato para cenar, mojado siempre con una buena cerveza, podemos probar una de sus quesadillas, una de sus hamburguesas o un burrito. Los precios de cada plato van desde los 3 € de cada unidad de taco hasta los 11,50, el precio de la burger de carne mechada, acompañada de una ración de patatas fritas.