Llega el frío y, con él, los planes gastronómicos que lo acompañan. Es el momento de los platos de cuchara, de los paseos calentándonos las manos con un cono de castañas asadas y de las citas para disfrutar de unos deliciosos churros con chocolate. Ya sea para desayunar un domingo o para una merienda dulce cualquier día de la semana, unos churros o porras acompañados de una taza de café o de chocolate caliente son sinónimo de felicidad, comodidad y placer gustativo.
En Madrid, ir a la chocolatería San Ginés es sin duda toda una tradición, pero hay otras opciones igual de apetecibles y con una larga historia que, como mínimo, hay que probar una vez en la vida. La Guía Repsol, la guía turística española creada en 1979 para recomendar los mejores destinos de viaje y gastronómicos, tiene su propia selección de churrerías, recomendaciones que no debemos pasar por alto estos meses de otoño e invierno.
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Estas cafeterías se incluyen en la lista de Soletes, elaborada año tras año por esta guía gastronómica. Desde 2009, la Guía Repsol lleva otorgando ‘Soles’ a los mejores restaurantes de España, con una máxima calificación de hasta 3 soles, que significan, según la guía, que se va a recibir “una experiencia única”. Doce años después, en 2021, nacieron los ‘Soletes’, una distinción más desenfadada que reconoce establecimientos como chiringuitos, heladerías, cafeterías o vinotecas.
En la ciudad de Madrid, son dos las chocolaterías que han recibido este reconocimiento. Una de ellas abrió hace poco más de 20 años, mientras que la otra tiene más de un siglo de historia. Estas son, según la Guía Repsol, las mejores churrerías de Madrid.
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Chocolatería 1902
“Hay tardes complicadas que se pueden solucionar con una taza de chocolate caliente y aquí se llevan dedicando a esto más de 120 años. Algo de idea tendrán”. Así presenta la Guía Repsol esta histórica churrería, anteriormente denominada ‘Los Artesanos 1902′. Actualmente, la quinta generación de la familia continúa con la tradición gastronómica que inició Florencio, bisabuelo del actual dueño, en 1902. Florencio comenzó su andadura empresarial vendiendo churros y porras por las calles de Madrid con una hornilla fabricada por él mismo, utilizando madera y carbón para calentar el aceite.
Su chocolate caliente es toda una joya gastronómica elaborada a base de cacao. Esta deliciosa y reconfortante bebida se produce a día de hoy en su propia fábrica ubicada en Madrid, provista de un molino de piedra de principios del siglo XX, rescatado y restaurado para conseguir la misma textura y sabor que el chocolate de la época.
A día de hoy, la familia mantiene su receta de churros y chocolate, triunfando en su local de la calle San Martín con una carta que también incluye repostería, crepes, sándwiches, bollería e incluso hamburguesas, para aquellos que prefieran una comida salada. Pero, además, la Chocolatería 1902 cuenta con toda una selección de alimentos ‘sin gluten’, convirtiéndose así en un destino perfecto para aquellos celiacos amantes de los churros con chocolate.
Chocolat
Chocolat Madrid nació el 26 de diciembre del 2003, en una esquinita del Barrio de las Letras. En este privilegiado entorno, rodeado de museos, conventos, casas de grandes escritores y callejuelas laberínticas, Juan Alfonso Boada sirve sus tradicionales churros con chocolate. Gracias a sus recetas caseras y al ambiente vecinal que se respira en su local, Juan Alfonso ha conseguido crear una de las chocolaterías más famosas de Madrid, caracterizada por su chocolate artesanal de gran calidad y sus famosos churros y porras que con gran esmero prepara cada mañana.
Su chocolate es totalmente artesanal y se elabora cada jornada con una receta secreta que le da la máxima importancia a la pureza y espesor del cacao. Al ser bajo en azúcar y contar con un alto porcentaje de cacao, su intenso sabor y textura es especial para aquellos clientes amantes del sabor del cacao. Además, cuentan con chocolate sin lactosa, sin gluten y sin azúcar.