La de patatas no es la única: estas son otras siete versiones de la tortilla que triunfan en diferentes lugares de España

La tortilla de patatas es uno de los platos más conocidos y extendidos de la gastronomía española. A pesar de su sencillez, con solo tres ingredientes indispensables, su elaboración se ha convertido ya en un verdadero arte. Algunos la hacen más hecha, otros, casi cruda. Algunas la prefieren con cebolla, otros sin ella. Incluso hay quien las hace rellenas. Todo el mundo tiene una forma preferida de comer esta deliciosa tortilla española. Quizá por eso, España está repleta de versiones de la clásica tortilla de patata, pinchos con el huevo y la patata como bases que añaden o intercambian algunos ingredientes.

Taste Atlas, una guía culinaria que se dedica a reseñar y calificar platillos de todas las latitudes del mundo, ha recopilado siete recetas de tortilla que versionan a la clásica y que identifican a diferentes zonas del país. Entre ellas, algunas tan deliciosas y conocidas como la tortilla de Betanzos.

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Las tortillas al estilo betanceiro han triunfado en toda España, colonizando las cartas de muchos de los restaurantes y bares que sirven esta delicia. Las tortillas de Betanzos se caracterizan por ser poco gruesas, ligeramente doradas por fuera y muy melosas por dentro, con el huevo poco hecho, hasta el punto de presentarse casi líquidas. Para cocinar una tortilla de Betanzos solo se necesitan huevos de corral, patatas gallegas o kennebec, un aceite de oliva virgen extra y sal (sí, se hace sin cebolla). La tortilla de Betanzos es extremadamente jugosa, y por ello para elaborarla se utiliza una proporción de huevos mayor que la que usamos en la receta de tortilla de patatas de toda la vida.

La tortilla de Sacromonte, típica de la ciudad de Granada, es una tortilla elaborada con ingredientes como los sesos de carnero, criadillas y otros tipos de casquería. Este plato se ha asociado tradicionalmente a la comunidad gitana de Granada, en concreto aquellos que habitan en el barrio de Sacromonte, de ahí su nombre. Con esta tortilla se conmemora la festividad de San Cecilio, patrón de Granada, que tiene lugar el 1 de febrero. De esta tortilla hay muchas versiones, como suele ocurrir con todas las recetas tradicionales, que se adaptan según las costumbres de cada familia. Algunas llevan nueces, guisantes, pan rallado, tuétanos, pimiento rojo asado, jamón, patatas o, incluso, chorizo.

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La tortilla paisana es una variante de la tortilla de patatas en la que además de llevar patatas como ingrediente principal, se le añaden otras verduras como las zanahorias o los guisantes, además de elementos cárnicos como puede ser el jamón o chorizo. Se le denomina ‘paisana’ porque es del mismo país que la de patatas; española, una receta de la que es muy similar. Esta versión de la tortilla de patatas se elabora en todo el país y es una de las más conocidas.

La tortilla de bonito es uno de los pinchos más clásicos de las barras cántabras, una tortilla rellena elaborada a base de capas. Para hacerla, se prepara una tortilla de patatas tradicional, pero que quede bien gruesa y jugosa. Luego, se extienda una capa generosa de bonito en escabeche y mayonesa, y, finalmente, se tapa con una fina tortilla francesa. El restaurante Cañadío Santander, que puede presumir de cocinar la mejor tortilla de patatas de España, es especialista en servir esta tapa, que añade el mejor producto del mar Cantábrico.

La sobrasada es uno de los productos más deliciosos de la gastronomía mallorquina. Se trata de un embutido crudo curado, elaborado a partir de carne seleccionada del cerdo, condimentadas con sal, pimentón y pimienta negra. Esta mezcla se embute en tripa y presenta una lenta maduración. Este producto, tradicional de las Islas Baleares, está protegido con el sello de indicación geográfica. Una de las formas más ricas de versionar la clásica tortilla de patatas es añadiéndole un poco de sobrasada como relleno, algo muy común en la cocina de Mallorca y el resto de las islas del archipiélago Balear.

En Logroño no hacen la tortilla como en el resto de España. En los bares riojanos, es primordial que las patatas estén chafadas, pues su característica principal es que tiene que estar muy jugosa. Otro toque que distingue a la tortilla riojana son las ‘alegrías’, unos pimientos parecidos a los pimientos del piquillo bastante picantes que se cortan en tiras, se aliñan y se utilizan para acompañar diferentes platos. La tortilla se acompaña con estas tiras de pimientos para un toque de sabor que le da una vuelta de tuerca a esta mítica tapa.

La morcilla de Burgos es un embutido a base de arroz y sangre de cerdo típica de la gastronomía burgalesa. A estos ingredientes se les añade cebolla, manteca de cerdo, sal, pimienta, pimentón, orégano, y otras especias. En Burgos, es común rellenar las tortillas de patatas con un poco de esta morcilla, una forma deliciosa de darle sabor al plato con el fuerte carácter de la morcilla de Burgos, que eleva las patatas y los huevos a un bocado contundente y lleno de sabor. Para elaborarla, la morcilla se pica muy finamente y se añade a los huevos batidos, justo antes de mezclarlos con la patata y formar la tortilla.