“El mejor bikini que he probado en mi vida”, se puede leer en una de las pocas reseñas que la Rocambolesc Bikineria ha recibido en sus pocos días de vida. Jordi Roca, el prestigioso repostero de El Celler de Can Roca, ha apostado por lo salado con un nuevo proyecto que ha abierto sus puertas este mes de septiembre. Situada en un céntrico local en el corazón del Barri Vell, en Girona, al lado de la heladería y la confitería de la familia Roca, el repostero ha abierto un nuevo y pequeño local donde se pueden degustar todo tipo de sándwiches, también conocidos como bikinis.
Este nuevo local se une al mundo de Rocambolesc, la aventura dulce que empezó el hermano menor del Celler de Can Roca, Jordi, hace poco más de una década con su compañera, Alejandra Rivas. El pastelero ya triunfaba en el centro de Girona con su heladería y su confitería y, ahora, promete un nuevo triunfo con una carta limitada, pero basada en un concepto nuevo a la vez que muy simple: vender cuatro tipos de bocadillos calientes.
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En Cataluña, un bikini es mucho más que un traje de baño de dos piezas. Con este nombre se denomina el sándwich más básico de todos, el de jamón y queso, un bocadillo que tiene como precedente al francés croque-monsieur. Lo de llamar bikini a este sencillo bocata viene por el nombre de una sala de baile barcelonesa, Bikini. Abierta en la Diagonal en 1953, una de sus peculiaridades era que, además de ofrecer música y bailes, servían el bocadillo de la casa, una copia sui generis del francés croque-monsieur. El local y su bocadillo se hicieron tan populares en la ciudad que la gente empezó a pedir “un bikini” en todos los bares de Barcelona y, con el tiempo, de Catalunya. Roca ha querido hacer homenaje a este sencillo sándwich con su nueva tienda, un pequeño local con solo tres mesas pequeñas para comer allí.
Los sándwiches de Jordi Roca
Aunque, casi por definición, un bikini es algo sencillo, Jordi Roca no podía conformarse con algo simple. Su carta solo cuenta con cuatro opciones diferentes, cuatro sándwiches con ingredientes de calidad y combinaciones de lo más llamativas. En su lista de opciones se encuentra, por supuesto, el clásico de jamón dulce y queso con mantequilla a 5,80 euros. Pero, además, cuenta con otras tres opciones restantes de lo más sorprendentes.
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Uno de ellos es el de pastrami, hecho con una pieza de ternera de Girona cocida 72 horas a baja temperatura con especias y un chucrut casero, que se puede comprar por 7,50 euros. La tercera opción es el sándwich ibérico, con jamón, burrata y trufa, planchado con pan de molde esponjoso, por un precio de 7 euros. Por último, una opción vegetariana: berenjena escalivada, queso y trufa de temporada, por 5,50 euros.
Para maridar los bikinis, Rocambolesc propone una bebida tradicional pero curiosa: un zumo de manzana exprimido al momento con una licuadora gigante, hecho con manzanas de Girona, a un precio de 3,80 euros los 30 cl y 4 euros los 40 cl. En cada vaso, al menos tres manzanas trituradas.