El ‘pijama’ (el postre, no el que usamos para dormir) es uno de los ejemplos más significativos de la llamada cocina viejuna, platos que eran básicos e imprescindibles en cualquier carta de bar español y que ahora han perdido parte de su atractivo y glamour. El mítico ’pijama’, un postre a base de flan, helado, fruta en almíbar y nata, era un clásico en muchos restaurantes españoles durante la década de los 80 y los 90.
Aunque el mundo de la hostelería haya sustituido este tipo de postres por otros más actuales y cosmopolitas, el encanto, la sencillez y el sabor de postres como el pijama siguen vigentes a día de hoy. El restaurante que lo creó, uno de los más antiguos de la ciudad de Barcelona, lo mantiene con orgullo en su carta de postres. Se trata del restaurante 7 Portes, ubicado en la Pla de Palau, entre los barrios de El Born y la Barceloneta, un local con casi dos siglos de vida que es parte de la historia de la ciudad.
Fundado en 1836 a imagen de los grandes cafés europeos, y convertido en restaurante en 1929, a lo largo de los años ha sabido mantener su esencia, una visita obligada para locales y visitantes. El 7 Portes ha sido durante años un punto de encuentro para periodistas, intelectuales y políticos, con una carta extensa basada en lo mejor de la cocina tradicional catalana.
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Los postres artesanales de 7 Portes
La carta de 7 Portes cuenta con nada menos que cuatro apartados diferentes dedicados al mundo de los postres. Todas estas delicias dulces son artesanales y están elaboradas por el equipo de repostería del restaurante. Encontramos los postres clásicos del 7 Portes, platos dulces que han acompañado al restaurante durante décadas. También postres de temporada, opciones que cambian con el cambio de las estaciones y que se basan en productos como las frutas frescas.
Para los amantes del chocolate, la carta de este local hace un homenaje al cacao que se traduce en postres como el pan con chocolate y aceite o la mousse cremosa de chocolate negro ‘hecho en casa’. Para los que prefieren acabar la cena con algo más ligero, 7 Portes cuenta con una oferta de postres naturales y ligeros como sorbetes, helados de yogur o zumos.
De esta amplia oferta de platos dulces, hay un postre en concreto que llama la atención y que no se puede pasar por alto si se visita la cocina de Parellada. Se trata del ‘Pijama con la receta clásica’, un postre cuyo nacimiento está inseparablemente ligado a la historia del 7 Portes.
El origen del ‘pijama’
El pijama es un postre elaborado con flan, fruta en almíbar, helado y nata, inspirado en el clásico Pêche Melba. Durante el verano del año 1951, era común que los clientes del restaurante, marineros de la VI Flota Americana, pidieran a la hora del postre un Pêche Melba. Este era un postre muy famoso de origen parisino, creado a finales del siglo XIX por el cocinero francés Auguste Escoffier en honor a la cantante de ópera australiana Nellie Melba. Este plato francés plato combina dos frutas de la temporada de verano: melocotón y frambuesa, sobre una base de helado de vainilla.
Pero el clásico Pêche Melba fue rebautizado en 1951 por Paco Parellada, responsable del restaurante 7 Portes. Para ofrecer un postre original a sus clientes de la Flota Americana, el cocinero elaboró una interpretación a partir de las instrucciones de los clientes. El resultado fue el ‘pijama’, un postre que se componía de helado, fruta en almíbar, flan y nata montada. El nombre ‘pijama’ surgió como una deformación del término Pêche Melba, referente al acento del oficial estadounidense que solicitó este postre.
La propuesta triunfó en el 7 Portes y, con el tiempo, se difundió hasta convertirse en uno de los postres estrella de muchas zonas turísticas de España, gracias a su fácil elaboración y maravilloso resultado.
Cómo hacer el clásico ‘pijama’
Tiempo de elaboración: 1 hora
Raciones: 4 personas
Ingredientes:
- 2 yemas de huevo (para el flan)
- 2 huevos (para el flan)
- 100 g de azúcar
- 500 ml de leche (para el flan)
- Caramelo líquido al gusto
- Melocotón en almíbar
- Piña en almíbar
- 200 g de helado de vainilla
- 200 ml de nata líquida para montar
- 50 g de azúcar (para la nata montada)
- Guindas confitadas
Elaboración:
- Para preparar los flanes, mezclamos la leche entera, las yemas, los huevos y el azúcar y lo batimos con la batidora. Repartimos el caramelo líquido en unas flaneras y echamos la mezcla del flan en ellas.
- Llenamos de agua una bandeja profunda de horno y la ponemos en el horno. Cuando ya casi esté para romper a hervir, colocamos las flaneras, las tapamos con papel de aluminio y horneamos al baño maría durante 50 minutos.
- Dejamos atemperar los flanes y, una vez fríos, los pasamos a la nevera y los dejamos allí una noche. Al día siguiente lo desmoldamos los flanes.
- Batimos la nata junto con el azúcar con las varillas hasta que se monte y la reservamos en la nevera dentro de una manga pastelera con boquilla rizada.
- Para terminar el plato, alrededor del flan colocamos trozos de melocotón en almíbar, unas guindas confitadas, unas rosetas de nata montada y una bola de helado.
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