El chef José Andrés, uno de los cocineros más famosos del mundo, es un fiel amante de la cocina española. El célebre cocinero es propietario de 19 restaurantes repartidos por todo el mundo, la mayoría en tierras estadounidenses, donde se ha dedicado durante años a promover la gastronomía española y sus platos más típicos. Andrés es todo un referente culinario, algo que se refleja con gran claridad en entrevistas como la concedida a la Cadena SER, una conversación en la que ha hablado de cómo fue su experiencia al mudar su vida a Estados Unidos, los platos que más triunfan en sus restaurantes, de cómo se hacían las croquetas en su casa de la infancia y de sus últimos descubrimientos gastronómicos.
En realidad, durante la entrevista, el cocinero asturiano menciona lo que podría definirse como un redescubrimiento gastronómico, un lugar al que ya había ido hace años y que, ahora, durante su visita a España en este verano, ha vuelto a sorprenderle. Se trata del Mercado de los Mostenses, un mercado de barrio en pleno centro de Madrid que suma más de 75 años de historia a sus espaldas.
“En ese mercado ya había estado hace mucho tiempo, cuando estaba aquí grabando Vamos a Cocinar. Era un sitio donde te encontrabas productos que eran muy difíciles de encontrar en cualquier otro mercado de España. Productos que venían de Ecuador, de Perú…”, explica el cocinero durante la entrevista.
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En esta plaza de los Mostenses se produce una unión cultural y gastronómica sin igual desde hace años. Además de una amplia oferta de productos frescos, de cercanía y de temporada, el mercado destaca por su enorme oferta internacional, con puestos que dan la vuelta al mundo, haciendo una parada muy especial en los países de Latinoamérica.
Esta fusión que ya ocurría hace años sigue pasando a día de hoy, algo que Andrés agradece de este “ese pedazo de Latinoamérica en el corazón de Madrid”. “En España tenemos una comunidad de inmigrantes que han estado en los últimos años enriqueciendo nuestra gastronomía una vez más”, opina el cocinero, dándole valor a la influencia que la cocina y productos de Sudamérica han tenido en nuestro país.
Casquería, embutido y platos peruanos en un mercado histórico
Repartidos en tres plantas o ubicados a pie de calle, los clientes pueden encontrar más de cien puestos que abarcan un espectro amplísimo del negocio alimentario, además de ofrecer los servicios de arreglos de ropa, zapatería o afilado de cuchillos que encarnan la esencia del mercado.
Por supuesto, en el Mercado de los Mostenses se puede encontrar todo aquello que se espera de un clásico mercado de abastos, productos de enorme calidad con origen en diferentes zonas de España. Ejemplo de ello son los jamones y embutidos ibéricos como los de Hermanos Benito, un puesto familiar que trae al mercado sus productos desde el año 1967; el pan de masa madre y la repostería casera de Artesanos Blanco; las carnes de vaca madurada que han hecho famosa a la Carnicería Antonio, o las frutas y verduras de temporada que llenan la planta superior del mercado.
Pero no es solo el producto español el que brilla en Mostenses. En sus pasillos se mezclan chinos, peruanos, bolivianos, italianos, filipinos, coreanos… Sus puestos permiten dar una vuelta al mundo comprando o probando in situ los ingredientes y platos más exóticos. El Mercado de los Mostenses es el lugar perfecto para llevarse a casa los productos latinos de puestos como Casa Emiliano, pero también para probar el chicharrón o el ceviche de Cafetería Lily, un local de comida chifa y peruana que lleva años triunfando en la plaza madrileña.
La historia de este mercado se remonta a mediados del siglo XIX, cuando comenzó a construirse, junto con el de la Cebada, ocupando parte del espacio donde estuvo el Convento de Premostratenses de San Norberto. El primer Mercado de los Mostenses era un magnífico inmueble construido en vidrio y hierro y diseñado por el arquitecto Mariano Calvo Pereira. Fue inaugurado oficialmente el día 11 de junio de 1875 por el Rey Alfonso XII en 1875 y, desde entonces, funcionó como centro de abastecimiento del barrio.
Con motivo de la creación de la Gran Vía, este edificio fue derribado en 1925. Hubo que esperar hasta 1946 para que el enclave contara con una nueva plaza de abastos, un edificio de más de 2.800 metros cuadrados que hoy edificio ostenta el título de segundo mercado más grande de Madrid, después del Mercado de Maravillas.
Muchas cosas han cambiado más de 75 años después de este renacer. Hoy, sin duda, el Mercado de los Mostenses se ha ganado a pulso su renombre, gracias a su formidable mezcla de culturas, gastronomía y alimentos de los cuatro puntos cardinales que no olvida la calidad del producto y el trato más cercanos.
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