En la gastronomía, como en el mundo de la moda, las tendencias van y vienen. Cada semana, las redes sociales ponen en el punto de mira una nueva moda foodie, recetas o productos que nos crean una necesidad automática de probarlo con nuestras propias papilas gustativas. Algunas de estas tendencias nos dejan sorprendidos, otros asqueados o hambrientos, y, a veces, aunque pequen de absurdas, estas modas nos generan la necesidad de viajar a otras ciudades para conocerlas y probarlas.
En los últimos meses, las redes sociales se han llenado de turistas que visitan París y buscan probar el croissant más grande de la ciudad, la versión XXL del bollo hojaldrado más famoso de la gastronomía francesa. Esta pieza de panadería de origen francés, creada en París en el siglo XIX, cuenta con una fama como la de pocos otros dulces, y cuentan con versiones y formas muy variadas y originales. En este caso ha sido su tamaño lo que ha cambiado, un factor que a muchos parece absurdo, pero que llama la atención de otros tantos.
Podemos echarle la culpa (o darle las gracias) de esta dulce moda al chef y repostero Philippe Conticini. Desde que su pastelería parisina comenzó a comercializar sus enormes croissants, las redes se han llenado de vídeos en los que curiosos y golosos acuden a probar esta gigante delicia. Con casi 40 centímetros de longitud, parece imposible comerse este bollo francés en solitario. Este postre hojaldrado llama la atención de cualquiera que pase cerca de la terraza de la pastelería y también de los cientos de miles de usuarios que han visto y guardado las publicaciones de Instagram y TikTok que lo muestran.
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Philippe Conticini no fue el primero en hacerlos, pero sí el que ha alcanzado la fama gracias al algoritmo de las redes sociales más conocidas. Los vídeos sobre este producto, algunos con cientos de miles de visualizaciones, muestran su enorme tamaño comparado con el de una pequeña taza de café, un curioso contraste que no quita protagonismo al apetecible color dorado y a la capa exterior crujiente de este gigantesco bollo.
Pero, como suele ocurrir con tendencias gastronómicas como esta, su impacto ha cruzado fronteras a una velocidad de vértigo. Los croissants gigantes que conquistaron París se mudaron después a Londres, gracias al local que Philippe Conticini tiene en la capital inglesa. Pero en España también tenemos nuestras propias opciones, croissants tamaño XXL que nada tienen que envidiar a los protagonistas de esta tendencia parisina, algunos de ellos elaborados incluso con auténtica mantequilla francesa.
Aquí teníamos ya, mucho antes de que se hiciera viral, nuestra propia versión de este monumental postre. Hace ya 30 años que, en el pueblo barcelonés de Castellar de n’Hug, los croissants enormes son reclamo turístico. Después de que hace tres décadas una panadería de la aldea hiciera el primer croissant gigante, otros hornos de la zona lo imitaron hasta convertir este manjar hojaldrado en uno de los imprescindibles para los amantes del dulce que pasen por la zona.
Dónde comer un croissant gigante en Barcelona
Barcelona tiene su propia versión de croissant gigante que arrasa en TikTok gracias a la pastelería Hofmann. Esta pastelería tiene su local principal en el barrio del Born, aunque su croissant gigante también se puede pedir a través de su página web o en su nueva tienda al lado del Turó Park. Este bollo, pensado para consumir entre 4 o 6 personas, se puede comer en su versión más clásica de mantequilla francesa o relleno de diferentes ingredientes como mascarpone, frambuesa, mango o chocolate. El precio en su versión clásica es de 30 euros, mientras que, si lo prefieres relleno, subirá hasta los 36 euros en total. En ambos casos, este croissant XXL debe encargarse por adelantado pues, como avisan desde la web de la pastelería, tarda 24 horas en prepararse.
Croissant XXL y barato en Madrid
Si vives en Madrid también puedes unirte a esta tendencia foodie gracias a los cruasanes gigantes que se elaboran en La Parrilla de Valdemoro. Este bar madrileño, especializado en carnes a la parrilla, pescados y mariscos, se ha hecho viral en redes sociales gracias al tamaño y al precio de su croissant: en su carta de desayuno se puede pedir este enorme bollo por 2,50 euros. En este establecimiento, ofrecen cuatro posibles opciones, el cruasán gigante con mermelada por 2,50 euros, mixto relleno de jamón York y queso por 4,70 euros, el vegetal por 4,70 euros y el especial, que incluye todos los ingredientes del mixto y del vegetal por 7,50 euros.
Dónde comer un croissant gigante en Valencia
En el pequeño núcleo de población de Mareny de Sant Llorenç, que pertenece a Cullera, se encuentra La Beata Inés, un templo para aquellos golosos que busquen probar productos dulces de tamaño gigante. Este horno-pastelería con más de 30 años de historia sirve sus cruasanes gigantes, pero también otros dulces tamaño XXL como fartons o monas. En el caso del famoso bollo francés, en esta pastelería se sirve relleno de diferentes cremas de chocolate y decorado con siropes, galletas, barritas, bombones... Su precio es de 8 euros y se debe encargar por adelantado.
También en Castellón se puede hincar el diente a uno de estos cruasanes, concretamente en la Pastisseria Dama Blanca, obrador artesano de bollería y pastelería que sirve estos bollos rellenos con delicias como la crema de Lotus o de Kinder.
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