“Más una bebida que una sopa, servido en vasos escarchados o en copas frías, el gazpacho es perfecto cuando hace demasiado calor para comer, pero se necesita algo para comer, frío y con sal al mismo tiempo”. Así define la periodista gastronómica Julia Moskin el delicioso gazpacho que en verano se convierte en un clásico de la cocina española.
El gazpacho primigenio, una sencilla y humilde mezcla de pan desmigado, aceite de oliva y vinagre, era un plato que alimentó a campesinos ibéricos del sur durante siglos. Este plato evolucionó a lo largo del tiempo en distintas variedades de gazpacho por el sur de España y Portugal, siendo de todas ellas el más popular e internacionalizado el denominado gazpacho andaluz. En esta receta se ha basado la periodista gastronómica Julia Moskin, reportera de la sección de comida del Times desde 2004 y ganadora de un premio Pulitzer.
Aunque en Andalucía y también fuera de esta comunidad del sur estamos acostumbrados a probar deliciosos gazpachos caseros, esta sopa fría se recrea en otras partes del mundo con recetas que nos pueden parecer cuestionables. Moskin califica el gazpacho que se sirve en Estados Unidos como una “salsa aguada” o un “puré de verduras granulado” que no resulta demasiado apetecible. Por ello, ha querido recomendar la que, en su opinión, es la mejor versión de esta delicia made in Spain.
La receta de The New York Times no lleva pan y tiene un color rosa anaranjado cremoso que se debe a la gran cantidad de aceite de oliva que se emulsiona para crear este delicioso plato. “La emulsión de zumo de tomate rojo, zumo de pepino verde y aceite de oliva dorado produce el color adecuado y una textura suave, casi esponjosa”, concluye la reportera.
La receta cuenta con nada menos que cinco estrellas de calificación, una puntuación que recoge las opiniones de las más de once mil personas que han probado este manjar. “Podría vivir de ella, y lo haré”, escribe un lector sobre esta deliciosa receta. “Este es mi tercer fin de semana haciendo doble ración”, señala otro.
Receta del “mejor gazpacho” de The New York Times
Tiempo de elaboración: 20 minutos
Raciones: 8 personas
Ingredientes:
- ½ kg de tomates rojos maduros, sin corazón y cortados en trozos grandes
- 1 pimiento cubanelle italiano u otro pimiento verde largo, como el Anaheim, sin corazón, sin semillas y cortado en trozos grandes
- 1 pepino de unos 20 cm de largo, pelado y cortado en trozos grandes
- 1 cebolla tierna pequeña (blanca o roja), pelada y cortada en trozos grandes
- 1 diente de ajo
- 2 cucharaditas de vinagre de Jerez
- Sal
- 100 ml de aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
- Añadimos los tomates, el pimiento, el pepino, la cebolla y el ajo, todo cortado en trozos grandes, en una batidora o, si utiliza una batidora de mano, en un bol hondo. Si es necesario, lo haremos por tandas. Trituramos a velocidad alta hasta que quede muy suave, al menos 2 minutos, haciendo pausas de vez en cuando para raspar los lados con una espátula de goma.
- Con el motor en marcha, añadimos el vinagre y 2 cucharaditas de sal. Sin parar de batir añadimos poco a poco el aceite de oliva. La mezcla se volverá de color naranja brillante o rosa oscuro y quedará suave y emulsionada, como un aliño de ensalada. Si sigue pareciendo acuosa, añadir más aceite de oliva hasta obtener una textura cremosa.
- Pasamos la mezcla por un colador o un pasapurés, empujando todo el líquido con una espátula o el dorso de un cucharón. Desechamos los sólidos. Pasamos a una jarra grande (preferiblemente de cristal) y enfriamos hasta que esté muy fría, al menos 6 horas o toda la noche.
- Antes de servir, rectificamos de sal y vinagre. Si la sopa está muy espesa, añada unas cucharadas de agua helada. Servimos en vasos, sobre hielo si se desea, o en un bol. Unas gotas de aceite de oliva por encima son un toque agradable.
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