En La Ereta, Alicante se despliega a nuestros pies. Es uno de los atractivos más llamativos de este restaurante, las increíbles vistas que se pueden disfrutar desde sus salones de paredes acristaladas y suelo de madera. Este restaurante alicantino es una de las recomendaciones de la Guía Michelin, un enclave cuya deliciosa comida acompaña a unas vistas de escándalo. Y es que el edificio de La Ereta está prácticamente colgado de la muralla del castillo de Santa Bárbara, en un parque homónimo al establecimiento que se encuentra en un enclave privilegiado.
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Cenar desde las faldas de una fortaleza medieval
Coronando los 166 metros de altitud del monte Benacantil se encuentra el Castillo de Santa Bárbara, en cuya muralla se construyó este moderno restaurante. Fue concebido como una de las más grandes fortalezas medievales de España, desde la que se puede disfrutar de unas vistas 360º de la ciudad de Alicante. En las laderas del castillo, declarado Bien de Interés Cultural, se han encontrado restos arqueológicos de la Edad del Bronce, ibéricos y de la época romana, aunque el origen de la actual fortaleza hay que buscarlo a finales del siglo IX con la dominación musulmana.
La Ereta se integra en este paraje lleno de historia, con un edificio de diseño moderno desde el que se ve desde el mar hasta los edificios más altos de la ciudad. Los clientes que suban hasta el monte Benacantil para probar su cocina pueden optar por comer en uno de sus minimalistas salones o por celebrar una cena al aire libre en su terraza, en la que parecerá que estás flotando sobre la ciudad.
Una degustación con base valenciana
Pero no solo son las vistas las que atraen a los alicantinos y turistas al restaurante de Dani Frías, el chef que pone su firma en las recetas de este reconocido local. Frías fue formado en restauración en Barcelona y pasó en su día por los fogones de grandes como Martín Berasategui, Arzak, Pedro Subijana o el pastelero Paco Torreblan.
Sus platos tradicionales pero actualizados con formas y técnicas modernas han conquistado a la Guía Michelin y a otras como la Guía Repsol, que los define como una “cocina actual, que renueva el recetario tradicional alicantino”. No tienen carta, sino que sirven su menú degustación conformado por los mejores platos del chef.
Algunos de los platos estrella de su menú son la carbonara de sepia, la coca a la calfó con navaja y crema de erizo o el rabito Ibérico con espárragos verdes y cigala. Además, a través de su cocina, hacen honor a su tierra con platos como su arroz ”No seas Gallina” o sus postres, con sabores tan valencianos como la chufa o el helado de fartons. En total, su menú cuenta con siete platos (uno de ellos cambia según se pida al mediodía o por la noche) y tres postres, todo por un precio de 95 € por persona. Acompañar esta degustación con un maridaje elaborado a partir de su propuesta de vinos tendrá un coste extra de 45 €.
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