El portal TasteAtlas, la llamada enciclopedia de las comidas y bebidas de todo el mundo, ha recogido en una de sus listas los restaurantes más legendarios de todo el mundo, locales donde la comida y la decoración representan un icono del lugar en el que se ubican. Estos bares y tabernas, repartidas por todo el planeta, han resistido el paso del tiempo, evitando los artificios de moda en favor de una cocina tradicional de calidad.
La guía internacional ha reconocido tres restaurantes españoles, que componen una lista de 150 locales llenos de historia a los que merece la pena ir si visitas estas ciudades. Tal y como ellos los definen, no se trata de lugares donde únicamente se va a comer, sino destinos por derecho propio, comparables a los museos, galerías y monumentos más famosos del mundo, experiencias similares a “visitar las ruinas de Pompeya en Nápoles o contemplar la enigmática sonrisa de la Mona Lisa en París”.
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Estos son los tres restaurantes españoles, dos de ellos andaluces y uno madrileño, que han conseguido un hueco en esta lista. Su cocina, la decoración y la historia de estos bares los convierten en verdaderas joyas de la cultura gastronómica del país.
El Pimpi, en Málaga
Además de un restaurante, El Pimpi es una institución, un centro de auténticos sabores andaluces que acoge actuaciones de flamenco y exposiciones de arte. Ubicado en Málaga, su historia comenzó en 1971, cuando Pepe Cobos y Paco Campos, dos cordobeses, llegan a la ciudad con la intención de regentar una bodega. Así, fundan El Pimpi, un local que se convirtió en hogar para tertulias y reuniones de artistas de la talla de Gloria Fuertes.
Con sus más de 40 años de historia, El Pimpi se ha convertido en todo un referente de la gastronomía malagueña. El plato estrella del restaurante es la pringá, un rico guiso elaborado con la carne del puchero o del cocido andaluz, es decir, productos como magro, falda, pollo, morcilla, chorizo y tocino, todo ello cocinado a fuego lento, desmenuzado y untado en trozos de pan. Este plato es una auténtica delicia para los amantes de la carne, con ricos e intensos sabores y suculentas texturas que representan la tradición de cocina casera de la región.
Pero, además, su carta ofrece otras muchas opciones, elaboradas con algunos de los mejores productos de la zona como el aceite de oliva virgen extra primera prensada, el tomate huevo de toro, el jamón de castaña o el vino dulce de uva moscatel.
Casa Labra
Situada en la calle de Tetuán, a pocos metros de la Puerta del Sol, el local de Casa Labra permanece inalterable desde su fundación en 1860. Se trata de un restaurante histórico, reconocido por su cocina tradicional española y su larga historia en pleno centro de la capital. En esta taberna madrileña fue fundado en 1879 el actual Partido Socialista Obrero Español de manera clandestina, un evento rememorado por una placa de bronce en la fachada del local.
El plato estrella de su carta es la tajada de bacalao, un lomo de bacalao frito, crujiente por fuera y tierno por dentro. Como explica TasteAtlas, este plato, apreciado por su sencillez y su sabor, “es una representación magistral de la larga relación de Madrid con el bacalao, y no hay muchos lugares en el mundo que lo preparen tan bien como el emblemático Casa Labra”. Además, cuenta con una amplia carta de pescados y carnes, así como una cuidada selección de vinos.
El Rinconcillo
Los hermanos Carlos y Javier de Rueda son los encargados de regentar El Rinconcillo, el tercer y último restaurante español en esta lista. Ubicado en pleno centro de la ciudad de Sevilla, es uno de esos lugares centenarios que fascina a locales y atrae a turistas. El Rinconcillo no solo es legendario por su cocina andaluza, sino que, además, ostenta el título de bar más antiguo de Andalucía, con más de 350 años de historia a sus espaldas.
Su selección de tapas es el punto central de la carta, deliciosos platos que salvaguardan las esencias de la cocina tradicional andaluza-mozárabe. Para los habituales y también para los turistas que se acercan a visitarlo, la carta de El Rinconcillo tiene tres imprescindibles: las chacinas, las espinacas con garbanzos y las pavías de bacalao. También sus croquetas y su ensaladilla acumulan fans. Cada tapa cuenta una historia de ingredientes locales y recetas tradicionales, reflejando la rica historia de Sevilla y su gastronomía, haciendo de El Rinconcillo un enclave imperdible cuando se visita la zona.
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