El restaurante en primera línea de playa donde los platos de pescado y marisco se subastan entre los clientes

Los camareros de este chiringuito se pasean por las mesas cantando los platos que la cocina ha preparado. El primero que levante la mano, se queda con la ración

El chiringuito malagueño El Tintero II se caracteriza por la forma cómo sirve sus platos: pescados y marisco se convierten en protagonistas de una curiosa subasta

Aunque nos sintamos atraídos hacia las nuevas aperturas, siempre tendremos un hueco especial en nuestros estómagos para aquellos restaurantes con solera que llevan décadas sirviendo a sus clientes habituales. Estos archiconocidos bares, restaurantes o chiringuitos de confianza, con una tradición familiar de servir buena comida, se han ganado a pulso su fama. En Málaga encontramos un ejemplo de este tipo de establecimientos, un chiringuito donde el pescado y el marisco se convierten en protagonistas de una curiosa subasta.

Hablamos del icónico chiringuito malagueño El Tintero II, situado en un extremo del litoral barrio de El Palo, junto a la zona de El Candado. Pero lo que hace especial a este lugar no son sus cuatro décadas de historia, ni tampoco necesariamente los platos que sirven. La cuestión está, más bien, en cómo los sirven. En El Tintero, los camareros no toman nota. Por el contrario, van pasando por las mesas cantando los platos que la cocina ha preparado. El primero que levante la mano, se queda con la ración.

Te puede interesar: Los mejores vinos españoles, según la Guía Peñín 2024: un blanco y tres tintos que alcanzan la “perfección”

Read more!

De esta forma, incluso antes de sentarte, puedes tener sobre la mesa un plato de espetos, de sepia, boquerones, gambas o navajas sin haber siquiera mirado la carta. Al final de la comida, los camareros entonan su mítico “¡Y yo cobro!”, para señalar que él es el encargado de saldar las cuentas con los clientes. Para saber cuánto han comido en cada mesa, se cuentan los platos, cobrando la suma total de todo lo consumido.

Como no podía ser de otra manera, han surgido muchas trampas para saltarse este método, que lleva ya más de 30 años en funcionamiento. El suelo de El Tintero I, local antepasado del actual, era la propia arena de la playa, lo que ponía muy fácil que, una vez acabado el plato de pescado, los clientes lo enterraran disimuladamente bajo ella. De esta forma hubo quien evitó pagar todos los platos consumidos, una trampa que no duró demasiado, pues pronto se cementó el suelo.

Te puede interesar: A qué se debe la escasez de melones y sandías en Mercadona

Pescado en subasta como seña de identidad

Esta forma tan curiosa de servir la comida tiene mucho que ver con la historia de este chiringuito en Málaga, que abrió sus puertas hace más de 40 años. En 1981, el bisabuelo de los actuales dueños, Edu y sus hermanas Yesi, Musy y Mari, fue el encargado de abrir las puertas del primer Tintero. Antes de eso, trabajaba como tintero, pues poseía un contenedor de alquitrán con el que, entonces, se bañaban las redes de pesca para que así se evitaran daños excesivos por la salinidad del mar. Con el paso del tiempo y la llegada de las redes de nylon que ya no había que tintar, el negocio familiar quebró. Fue entonces cuando decidieron abrir un bar para pescadores, llamado El Tintero en honor al antiguo oficio de su dueño.

Así comenzó el negocio familiar, que pasó a los abuelos del dueño y después a su padre. Cuando este tenía solo 9 años, trabajaba en ocasiones ayudando a su madre, situación en la que se encontraban ambos un día en el que el bar alcanzó el lleno absoluto. Solo estaban el niño y su madre, que no sabía leer ni escribir. ¿Cómo podían tomar nota si la cocinera no sabía leer? Al niño, tratando de encontrar la forma de sacar el servicio adelante, se le ocurrió una idea. Le dijo a su madre que friera todo lo que tuviera y él, entre las mesas, iría gritando lo que saliera.

Platos de El Tintero (Instagram / @el_tintero_de_malaga)

El método funcionó a la perfección y desde entonces, lo adoptaron para todas las comidas en El Tintero. Ahora, esta especie de subasta se ha convertido en la seña de identidad del local, un entretenimiento que atrae a locales y turistas que disfrutan de la playa malagueña.

El Tintero es un lugar con solera, que hace de la singularidad gastronomía. Pero además de la curiosidad de la experiencia, destaca su oferta de productos del mar. Su carta ofrece una gran variedad de pescaíto frito, desde bacalao hasta boquerones, pasando por huevas y salmonetes. Las ostras, zamburiñas y vieiras encabezan la oferta de marisco, complementando la variedad de pescado a la brasa que cierra la carta. Los precios por plato varían entre los 8,50 € y los 16 euros de platos como el pez espada a la brasa.

Seguir leyendo:

Read more!