Los síntomas comunes del golpe de calor que pueden pasar desapercibidos: cuánto duran y cómo se tratan

El verano acaba de empezar y España ya atraviesa la primera gran ola de calor con temperaturas que superarán los 42 grados en varios puntos del país. Por eso es fundamental extremar los cuidados para evitar un golpe de calor, que ocurre cuando el cuerpo no puede regular su temperatura debido a esos valores tan elevados y cuyos síntomas pueden confundirse a veces con patologías leves, pese a que puede ser mortal.

Ante una ola de calor se deben proteger especialmente las personas mayores y los niños, además de quienes padecen alguna enfermedad crónica como hipertensión, cardiopatía o diabetes, y aquellos que realicen trabajos físicos intensos o deporte al aire libre.

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Las altas temperaturas pueden provocar agotamiento, calambres y deshidratación, mientras que en casos más extremos se puede producir un golpe de calor. En este último caso los síntomas más frecuentes son mareo, dolor de cabeza, debilidad, aturdimiento, piel caliente y enrojecida y visión borrosa. En las situaciones más extremas, la persona afectada puede tener convulsiones y entrar en coma.

Para protegerse del calor es recomendable no salir de casa durante las horas centrales del día (entre las 12:00 y las 18:00), beber más líquidos, sobre todo agua y zumos de fruta, reducir la actividad física durante las horas más cálidas y utilizar ropa ligera y holgada, además de gafas de sol y protector solar. El Ministerio de Sanidad también recomienda evitar las comidas copiosas y no abusar de las bebidas alcohólicas

Por otro lado, la mejor forma de enfriar la casa si no se dispone de aire acondicionado es bajar las persianas y cerrar las ventanas durante las horas de más calor y ya por la noche se pueden abrir para ventilar.

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Normalmente, el golpe de calor no dura más de seis horas, pero en los caos más graves puede durar hasta 24 horas, causando la muerte.

Ante un golpe de calor hay que tratar de reducir la temperatura del afectado, por lo que se recomienda quitarle algo de ropa y ponerle compresas de agua fría en la frente y en la nuca, además de colocar a la persona en un lugar con sombra.

Si está consciente, lo mejor es colocarle con la cabeza ligeramente elevada y, si no lo está, habría que colocarle tumbado de lado con las piernas flexionadas. En ambos casos es recomendable llamar a emergencias sanitarias al 112 para que la persona se someta a una revisión más exhaustiva.

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