Terapia entre fogones: “La cocina puede ayudarnos a mejorar la comunicación, a fomentar la relajación y a desarrollar la autoestima”

El proyecto Terapia Culinaria utiliza la cocina como herramienta en la intervención psicológica, una técnica adecuada para pacientes con y sin patologías

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Cómo cocinar puede ayudar a
Cómo cocinar puede ayudar a nuestra salud mental (Pexels)

En terapia culinaria no se habla de dietas, tampoco de la relación con la comida o de alimentación terapéutica. La terapia culinaria va sobre amasar, pelar, picar, cocer, saltear y hornear. Cocinar puede ser una herramienta para mejorar el bienestar psicológico, una actividad que, aunque para muchos sea aburrida y rutinaria, tiene enormes beneficios para nuestra salud mental.

Este tipo de terapia entre fogones es el protagonista del proyecto Terapia Culinaria, una herramienta de intervención psicológica que utiliza la cocina con el fin de incidir positivamente en el bienestar emocional de las personas. En grupo o de forma individual, los pacientes participan en una sesión de cocina en la que desarrollan habilidades como la comunicación, mejoran su autoestima, trabajan los procesos motores y cognitivos y reconectan con su identidad.

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Patricia Boquete es psicóloga especializada en desarrollo personal e inteligencia emocional y social, así como en intervención social y comunitaria e intervención en momentos de crisis, pérdidas y duelo. Además de todo esto, es la mente detrás del proyecto Terapia Culinaria, una idea que nació en 2018 con el objetivo de utilizar la cocina como herramienta terapéutica. En otros países, la terapia a través de la cocina forma parte de los programas de centros psicológicos, de rehabilitación y hospitalarios. En España, estos procedimientos son mucho menos utilizados, siendo este un proyecto innovador, un modelo que se fundamenta a partir del estudio y las publicaciones científicas halladas hasta el momento.

Los resultados evidencian mejorías en el estado anímico y emocional, en el desarrollo personal y en las funciones cognitivas en aquellos que introducen la cocina en su terapia psicológica. “La cocina puede ayudarnos a mejorar nuestra comunicación tanto con nosotros mismos como con los otros, a fomentar nuestra atención y relajación, y a desarrollar nuestra autoconciencia y autoestima”, explica la psicóloga, que asegura estar trabajando para generar estudios e investigaciones que puedan describir la eficacia de esta terapia entre fogones.

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La cocina formaba parte de su vida desde siempre y, llegado el momento, decidió unir sus dos pasiones. “Siempre he pensado que tenemos múltiples formas y maneras de conectarnos y que todavía quedan muchos otros caminos por construir”, explica la psicóloga. “La cocina es una buena herramienta para ello, ya que habla de nuestra cultura, nos conecta con nuestras raíces y nuestro legado familiar, y con ello, nos permite construir nuestra identidad”.

Patricia Boquete, psicóloga de Terapia
Patricia Boquete, psicóloga de Terapia Culinaria (terapiaculinaria)

¿Qué es la terapia culinaria?

La Terapia Culinaria es una herramienta de intervención psicológica que utiliza la cocina y el cocinado para trabajar sobre distintos aspectos del área de la persona. Entre las diferentes áreas que se pueden trabajar, nos centramos en el área psicológica, haciendo inciso principalmente en el desarrollo personal, la autoestima, el manejo de la ansiedad y las diferentes habilidades para mejorar nuestro bienestar emocional en el día a día.

¿Qué tipo de pacientes acuden a tus terapias?

A las sesiones individuales suelen acudir personas que quieren mejorar algún aspecto de su vida personal, habitualmente sin ningún tipo de patología. De igual manera, trabajamos con grupos con necesidades especiales, como pueden ser personas de la tercera edad con demencia tipo Alzheimer, personas con alguna dificultad física o psicológica concreta y colectivos vulnerables. Estas últimas actividades suelen realizarse en grupo, y desde Terapia Culinaria se personaliza cada proyecto dependiendo del colectivo que va a participar. Para mí es importante que en cada grupo podamos darnos el espacio para trabajar el sentimiento de pertenencia y compartir las emociones. La cocina funciona muy buen como encuentro, unión y forma de apoyo mutuo.

Así que, ¿cocinar como terapia ayuda también a quien no sufre ninguna patología?

Por supuesto. La cocina como herramienta terapéutica no solo está pensada para personas que padezcan algún tipo de patología o diagnóstico. Cualquier persona puede utilizarla como herramienta para trabajar en diferentes aspectos que consideren que requieren atención de su mundo interno y emocional.

La cocina se suele mencionar como una forma de terapia ocupacional ¿Qué efecto tiene en los pacientes?

Hasta el momento, como bien dices, la cocina se ha considerado como una herramienta para trabajar desde la terapia ocupacional. Esta suele trabajar con el objetivo de incidir en las personas con dificultades que alteran los niveles de autonomía, en la gran mayoría de casos, de origen físico. Por ello es habitual que la cocina se implemente como herramienta para trabajar los procesos motores y cognitivos en aquellos pacientes con problemas de movilidad o neurológicos, con el fin de retomar las actividades de la vida diaria. La Terapia Culinaria incide en la esfera psicológica, tratando aquellas áreas que la persona necesita trabajar para mejorar sus habilidades de tipo emocional, generando recursos y nuevas herramientas para hacer frente a las situaciones de la vida cotidiana.

¿Qué habilidades desarrollamos al cocinar?

Las habilidades que podemos desarrollar mientras cocinamos son variadas. La cocina puede ayudarnos a mejorar nuestra comunicación tanto con nosotros mismos como con los otros, a fomentar nuestra atención y relajación, y a desarrollar nuestra autoconciencia y autoestima. Así mismo, puede ayudarnos a ejercitar nuevos procesos de aprendizaje, mantener la memoria, y desarrollar nuevas competencias para resolver problemas y mejorar nuestra planificación y organización de tareas, así como que es un gran recurso para fomentar la creatividad y la expresión emocional.

Encontrarle el lado positivo a esta tarea cotidiana pasa por hacer un ejercicio de conexión con el presente, con el aquí y el ahora

Para aquellos que ven cocinar como una carga en el día a día, ¿cómo podemos encontrarle el lado positivo a algo tan cotidiano?

Desde mi punto de vista, encontrarle el lado positivo a esta u otras tareas cotidianas pasa por hacer un ejercicio de conexión con el presente, con el aquí y el ahora. Los ritmos que la sociedad suele pautarnos suelen ser rápidos y dejan poco espacio para el terreno personal. Es por ello que la cocina nos puede servir también de pretexto para trabajar la autoconciencia y enfocar la mirada hacia nuestro interior.

¿Hay estudios o investigaciones que demuestren su eficacia?

La terapia a través de la cocina es una corriente todavía joven y los que nos dedicamos a ello estamos haciendo esfuerzos para generar estudios e investigaciones que puedan describir su eficacia. Algunos países ya llevan años trabajando en ello y podemos consultar algunos manuales escritos por expertos de diferentes países, como Estados Unidos, Francia o Italia, y diferentes artículos científicos que nos hablan de sus beneficios en distintos campos de aplicación.

La cocina se utiliza como
La cocina se utiliza como medio para estimular cognitiva y sensorialmente a personas de la Tercera Edad (terapiaculinaria)
La cocina habla de nuestra cultura, nos conecta con nuestras raíces y nuestro legado familiar, y con ello, nos permite construir nuestra identidad

¿Cómo surgió tu proyecto?

Terapia Culinaria surgió en el año 2018, con el objetivo de plantear un método de intervención psicológica diferente al tradicional. Siempre he pensado que tenemos múltiples formas y maneras de conectarnos tanto a nivel interno como a nivel relacional y que todavía quedan muchos otros caminos por construir. La cocina es una buena herramienta para ello, ya que habla de nuestra cultura, nos conecta con nuestras raíces y nuestro legado familiar, y con ello, nos permite construir nuestra identidad.

¿Tuvo algún efecto el confinamiento sobre nuestra forma de ver la cocina?

El confinamiento sí que nos ha hecho partícipes de un cambio tanto a nivel social como personal. El hecho de no poder salir de casa y romper con las rutinas habituales, hizo que pudiéramos fijarnos en las actividades que teníamos alrededor y la cocina fue una de ellas. Durante el confinamiento, y viendo el auge de participantes que se unieron a los fogones, aproveché para realizar una encuesta para entender de qué manera las personas utilizaban la cocina en un periodo de tiempo tan excepcional, y los resultados concluyeron algunos datos relevantes, como por ejemplo, que las personas encuestadas cocinaron más durante el periodo de confinamiento, y mejoraron a través de la cocina la comunicación con sus convivientes, la gestión de pensamientos negativos y el manejo de los niveles de ansiedad.

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